En una entrevista para el diario El País, Susana Malcorra se refirió a la relación entre Argentina y Estados Unidos por la importación de limones. Además, se refirió a la relación del país con España tras la exportación de YPF en 2012; a la encarcelación de Milagro Sala; y a su candidatura en la ONU. También dijo estar “preocupada” por las señales de Trump.
¿Cómo se coloca Argentina en el nuevo mundo de Trump?
Argentina necesita proyectarse al mundo, la Argentina aislada no funcionó. Tenemos en cuenta la reacción en cascada que provoca la llegada de Trump, pero seguimos privilegiando un mundo multipolar. Por eso apostamos ahora aún más por Europa, por el avance del vínculo de la UE con el Mercosur. También queremos reforzar vínculos en Asia y África.
Trump bloqueó la importación de limones argentinos, dificultó el acceso a visados. ¿Les ha descolocado este giro?
Trump ha descolocado al mundo, no solo a la Argentina. No queremos poner dramatismo. Es evidente que las señales generan preocupación. Pero no creo que Trump quiera destruir los vínculos. Creo que él tiene una mirada desde adentro de EEUU. Quizás el ejercicio de presidir EEUU y conectarse con el mundo le agregue otra perspectiva.
Obama también decía Trump se moderaría en la presidencia. Pero no está pasando.
Hay preocupación, sin duda, estamos tratando de hacer entender nuestra perspectiva. Hemos dicho que nos preocupa el muro con México. Cerrarse no es buena salida.
Usted y Macri apostaron mucho por Clinton. ¿Su trabajo sería más sencillo si hubiera ganado ella?
Dijimos siempre que lo peor para Argentina era una transición larga en EEUU con incertidumbre. Es evidente que está siendo una transición larga con mucha incertidumbre, y esto complica, sin duda.
¿Por qué Latinoamérica no se moviliza más, con una cumbre específica de solidaridad con México frente a Trump?
Uno tiene que hacer las cosas en función de lo que sus socios le pidan que haga. México está teniendo diálogo con EEUU. Están intentando abrir conversaciones. Mientras tanto nos han pedido que estemos atentos pero con prudencia. El propio Papa dijo que hay que darle un tiempo a Trump. Si uno se apresura demasiado a subir las apuestas, los caminos se apartan. Hemos transmitido preocupación, pero México está buscando un camino de acercamiento.
¿América Latina no es más dura con Trump es porque México no lo está pidiendo?
Así es. La señal debiera venir de México. Todos estamos hablando con ellos. No es que nos desentendemos de México. En CELAC hablamos de esto, y llegamos hasta donde todos creemos que ayuda a resolver los temas.
¿No hay miedo a Trump?
Hay prudencia. Hay que ser cuidadosos con el uso de las palabras y gestos, evitar una escalada para no matar la oportunidad de resolver el problema.
Macri viaja ahora a España. ¿Su política exterior gira hacia Europa?
Ahora que terminó el trabajo con Canadá y está postergado el de EEUU, creemos que es primordial que se cierre el acuerdo con la Unión Europea. Hay conexión de valores con Europa: diálogo, puente, integración. Es un buen momento para reforzar esos valores. El presidente tenía una deuda pendiente con España desde que asumió. Me dijo muchas veces el año pasado que quería ir a España, y yo le decía que no era el momento, que primero tenían que resolver su tema institucional. Tan pronto como se resolvieron, se concretó.
España y Argentina pasaron años muy difíciles con la nacionalización de YPF en 2012. ¿Esa relación puede volver a ser lo que fue?
La relación ha avanzado mucho este año. Ahora hay que restaurar esa enorme corriente de inversión que tuvo España en Argentina. Tienen muchísimo que enseñarnos en turismo, que para nosotros es estratégico. Queremos que las empresas españolas participen en nuestros grandes planes de infraestructuras.
La inversión extranjera en Argentina, y en especial la española, se ha desplomado desde que llegó Macri. ¿Hay desconfianza?
Cuando hay cambios, la gente se sienta a ver qué es lo que pasa. Tuvimos un primer semestre con reformas comprometidas. Después se empezaron a armar todas las licitaciones que están saliendo ahora.
La mayor empresa española, Telefónica, está muy enfrentada al Gobierno argentino por la reforma de las telecomunicaciones. ¿Se va a resolver ese conflicto en el viaje a España?
No es un conflicto, sino una diferencia de perspectiva. Hay un espacio de diálogo, esto no va a ser una nube sobre la visita del presidente. Estos procesos de apertura siempre generan tensiones. No creo que vaya a pasar nada especial vinculado al viaje. Creo que sería contraproducente. Telefónica tiene que ser escuchada para encontrar fórmulas de resolver el problema. Pero esto no se resuelve entre presidentes.
Su candidatura a la secretaria general fracasó. ¿Fue frustrante? ¿Le dolió que no fuera una mujer?
Es una oportunidad perdida, había siete candidatas, no hablo de mí. Después de 72 años era tiempo de que fuera una mujer.
¿Se le queda pequeña Argentina? ¿Fue canciller solo para intentar ser secretaria general?
El trabajo de canciller es fascinante. No hay forma de que un país como Argentina, miembro del G-20, a una le quede chica. Sería una visión muy egocéntrica.
Le acusan de haber descuidado el ministerio para viajar por su candidatura.
Si no ve la proporción de viajes que hice por la cancillería y por la candidatura, es abismal la diferencia a favor de la cancillería. Siempre creí que mi candidatura favorecía a la Argentina. Estuvimos mucho afuera, recorrí todo el mundo pero porque Argentina había quedado aislada y había que hacer mucha tarea.
¿En sus viajes le transmiten preocupación con la economía Argentina? El FMI acaba de decir que las cosas van peor de lo previsto.
Acabamos de estar en Davos. El mensaje sigue siendo que Argentina es una de las pocas buenas noticias en el panorama internacional. Sí es cierto que las reformas que hubo que hacer tuvieron impacto en la economía. Las expectativas son muy positivas.
Perjudica la imagen de Argentina que varios organismos, incluida la OEA y Naciones Unidas, pidan la liberación de Milagro Sala, una dirigente social kirchnerista encarcelada hace más de un año?
Que usted me lo pregunte demuestra que sí, perjudica. El caso de Milagro Sala distrae la atención que Argentina está tratando de atraer. Es un asunto que se resuelve en la provincia de Jujuy, nos cuesta hacer entender incluso a los organismos internacionales cuán federal es la Argentina. Está en manos de la justicia. Creemos que tiene que resolverlo lo antes posible.
Latinoamérica podría hacer más en Venezuela?
No podemos importar milagros a los países. Podemos ayudar, persuadir. Pero la solución de los problemas está en los venezolanos. Tienen que encontrar un camino intermedio, que ahora está acompañado por el Vaticano. Pero tiene que mirar más allá. No puede ser que un país tan rico dependa casi en un 100% de importación de alimentos.
¿Debería haber elecciones en Brasil?
El proceso de Brasil ha sido muy complejo pero legal. Ellos no tienen previsto en la Constitución el adelanto electoral.
Han dado un giro con Malvinas, que algunos ven como una concesión. ¿Estamos cerca de una solución?
Malvinas es un tema enorme para los argentinos que está fuera de discusión porque está en la Constitución. Va a llevar tiempo. Pero sí creo que la administración anterior nos puso más lejos de la solución. Hemos restaurado el vínculo con el Reino Unido. De momento hemos logrado el reconocimiento de los soldados enterrados como anónimos, para las familias es importante poder poner un nombre en la cruz. Estamos hablando de la posibilidad de vuelos.
Si los británicos encuentran petróleo en Malvinas, ¿todo se va a complicar?
Todo se complica siempre. También tenemos que la pesca allí es muy predatoria. Hay muchos temas para trabajar. Si uno creyera que la historia no se puede superar, nunca se habría resuelto ningún conflicto.