Cómo se dio vuelta la tortilla en la 22

Cómo se dio vuelta la tortilla en la 22

En la 22 (Villa Lugano, Soldati y Piedrabuena) se viven las elecciones de manera diferente. Es un lugar donde las internas y las generales se manifiestan de manera bastante parecida. Hay que traccionar los votos casa por casa, acertar también en los acuerdos con los "punteros", tener cierto aguante cuando se caminan zonas liberadas por lo que pudiera pasar y contar con buenos fiscales, esos duchos y que encima llevan a votar a toda su familia. En una palabra, Lugano es tierra de militancia y el que no lo entiende pierde


El Frente Grande no se caracteriza por su fortaleza en Villa Lugano o en Soldati, más bien por todo lo contrario, no han sabido construir base territorial o poder alguno ya que sus referentes ni viven allí. Apenas cuenta con algunos pocos locales que se encargaron de espantar a todo aquel peronista o radical que intentara acercarse a votar a Aníbal Ibarra. El supuesto "control " que, en la primera vuelta, ejercieron sobre el electorado los ahora "progres" terminó como debía: con un triunfo de 6.000 votos para Mauricio Macri. Habían caminado sólo los punteros peronistas del presidente xeneize, César Torres y Néstor Abbas, hoy con Horacio Rodríguez Larreta, junto a Gustavo Salischiker, quien pasara por el peronismo pero luego recalaría hasta hace poco en la Comisión Municipal de la Vivienda de donde lamentablemente saltó a destiempo.

El ibarrismo no daba señales de vida luego del duro golpe del 24 de agosto. Los peronistas de los más diferentes pelajes se quejaban que ignotos funcionarios como el director de Higiene Urbana, José Luis Domínguez, junto al declarado por el pueblo "antidelegado comunal" del CGP local, Carlos González, no dejaran entrar a nadie -salvo a los socialistas – en el circuito electoral, para apoderarse en exclusiva de un supuesto triunfo que casi -o definitivamente si alguien paga los costos- termina con su carrera política en la zona.

La cuestión es que tuvo que llegar un "Cordobés" Jorge Navarro, kirchnerista y estrecho colaborador de Ariel Schifrin, que supo poner la cara y la oreja ante los dirigentes peronistas del barrio y, con hábil muñeca, escuchó cosas como la siguiente: "Estos dos pibes que no existieron nunca en Lugano hacen la anticampaña y encima les echan flit a todos los que vienen a dar una mano, encima no es nuestro gobierno y fue la gestión más espantosa en años. Por si fuera poco no te dan un volante, ni listas, ni hablemos de los padrones". Viejos lobos de Lugano, entre ellos un recientemente operado Víctor Pandolfi, Nilo Gambini , José Luis Rodríguez (cercano al dirigente municipal Alejandro Amor) y agrupaciones que responden a Kelly Olmos (quien estuvo en Villa Oculta), decidieron poner manos a la obra junto al Cordobés -quien recalcó que cumplía compromisos distritales y nacionales-, ya que encima esta vez contarían con el aparato en contra del clan radical Larrosa, que estaba dispuesto a perder dos veces en la misma elección.

En Lugano las elecciones no son para cualquiera. Cuando trabajaron de los dos lados y no de uno sólo fueron a votar casi 25.000 personas más que en la primera vuelta, la fiscalización fue perfecta para Ibarra asi como los traslados de planillas y militantes. Los 6.000 votos esta vez fueron de ventaja para el jefe de Gobierno. Es que para el 14 de septiembre hubo dos equipos en la cancha, mientras que para el el 24 de agosto jugó sólo el de Macri.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...