El viernes por la tarde, los distintos sectores damnificados, asociaciones de consumidores, clubes de barrio, sociedades de fomento, centros de jubilados, centros culturales, pymes, empresas, teatros, peñas, milongas, cooperativas, fabricas, fabricas recuperadas y comercios, convirtieron nuevamente la sede del Ministerio de Energía y Minería de la Nación en un microestadio de fútbol para realizar la segunda edición de la Copa Juanjo Aranguren.
Esa singular protesta tiene como objetivo exigirle al Gobierno nacional que prontamente tome cartas en el asunto y de marcha atrás con el aumento a las tarifas en los servicios de luz, gas y agua, que son un derecho humano y no una mercancía y que hoy debido a estos aumentos brutales que rondan entre el 600 % y el 1000 %.
En este sentido, Carlos Funes, presidente del Club Colegiales e integrante de la Asociación de Clubes de Barrio y Deporte Social dijo que “es fundamental trabajar desde todos los sectores damnificados para frenar los atropellos de un gobierno que no piensa en su pueblo sino en los que más tienen”.
Y agrego que “a los clubes se nos hacen imposibles este tipo de aumentos, de seguir así nos obligan a cerrar nuestras puertas excluyendo a miles de pibes y pibas que encuentran su espacio de contención en estos espacios y les permite estar fuera de las calles”.