En la carpa chica del Pro reinan las tribulaciones. Cada encuesta que se publica profundiza esa desazón, porque ninguna ubica a la lista de Cambiemos más arriba del tercer puesto en el indispensable territorio bonaerense. Para peor, todas las requisas sitúan a Cristina Fernández de Kirchner y a Sergio Massa peleando por el primer lugar, muy lejos de cualquier candidato del Gobierno, sea éste cual sea.
Esta situación llevó a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal a plantearle al presidente su preocupación por algunos aumentos en las tarifas que se estaba planteando anunciar por estos días, que sólo pueden sumar votos a la oposición. Esta actitud, ciertamente despreocupada (hay quien la tilda de irresponsable), que adoptan habitualmente algunos estrategas del Pro se contradice claramente con sus posibilidades electorales, por lo que las quejas de la gobernadora no fueron inesperadas.
Es que en territorio bonaerense se juega un porcentaje importante de la suerte futura de Cambiemos. Un traspié sólo se supera con más política y con una lectura adecuada de la realidad, pero si nada cambia, una derrota sólo abre el camino a más derrotas.
Ante este panorama, el presidente Mauricio Macri reunió este jueves en la Casa Rosada a los dirigentes más cercanos del Pro. Los invitados a un almuerzo que incluyó un gazpacho (sopa fría de tomate, pepino, pimientos, cebollas y ajo) y un lomo con vegetales fueron el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña; el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
Allí se evaluaron en especial las opciones que tiene Cambiemos en el conurbano, aunque no fue ése el único tema. Para muestra, las mediciones que encargó el propio Jaime Durán Barba arrojaron un resultado inquietante: por primera vez desde el 10 de diciembre de 2015, la imagen negativa de la mandataria bonaerense superó por 52 a 48 a la positiva. Por esta razón, están dispuestos a aceptar las demandas de los docentes rápidamente. La extensión de un conflicto que sólo tiene una posible salida, que es la solución, no hace más que desgastar a sus protagonistas. Nadie piensa en una pelea que no tenga solución, menos aún con los docentes, porque nadie puede resistir por mucho tiempo la imagen de los guardapolvos blancos en tren de protesta.
Cuando llegaba la hora de los postres, se sumaron al encuentro Jaime Durán Barba y su socio, Santiago Nieto. En esta instancia, se habló descarnadamente de números, posibilidades perdidas, errores de implementación y, especialmente, de los ajustes pasados y futuros. Con cierto alarde perogrullesco, en los alrededores de la mesa chica del Pro se viene insistiendo con que “hay que terminar con las malas noticias” y dejar de mencionar los ajustes de tarifas para poner sobre la mesa el crecimiento económico. Esto viene a cuento porque las encuestas mencionan con empecinamiento que la preocupación por el ajuste y por la pérdida de empleos ha superado a los temores por la inseguridad.
El Pro se dispone a responder
Este viernes a las 14:00 se reunirá el Consejo Nacional del Pro en el Club Sirio-Libanés -Triunvirato 6401-, con la mente puesta en octubre. Analizarán la situación política y comenzarán a delinear la estrategia política que les permita llegar a la victoria, siempre con el eje puesto en la Provincia de Buenos Aires.
Al encuentro asistirán Rodríguez Larreta, Vidal, Peña, algunos ministros y hasta algunos aliados, como Lilita Carrió -no iría, pero enviaría a gente de su confianza- y el presidente de la UCR, José Corral. Macri se fue esta mañana al puerto de Timbúes, cerca de Rosario, desde donde se trasladará a Expoagro, que se realiza en San Nicolás. Luego llegaría, si fuera posible, al cierre de la reunión.
Rodríguez Larreta estará a cargo de la apertura de la reunión y luego hablarán Michetti, Vidal, Frigerio y Peña. Después será el turno del legislador porteño Francisco Quintana, que hablará de las mesas de Cambiemos que aún faltan por conformar en el país -que son varias- y de la situación de la alianza gobernante. La táctica que adoptarán, de la que el discurso de Macri en la apertura del período ordinario de sesiones fue un anticipo, es la confrontación con el kirchnerismo, para polarizar entre “pasado” y “futuro” y, de paso, triturar al Frente Renovador.
También serán de la partida la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, que suele encargarse del voluntariado Pro; la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Csarolina Stanley, que expondrá sobre la difícil situación social y el subsecretario de Juventud, Piter Robledo.
Después de estas exposiciones, llegará el turno del Consejo Nacional y luego, en la noche, habrá una cena de camaradería en la sede central del Pro, en Balcarce 412, de esta ciudad.