Rodríguez se había presentado ante la Justicia para denunciar a quien hoy es el jefe de la Policía Federal. En aquella oportunidad le dijo a NU: “Denuncié a Roncaglia porque está al frente de una estructura podrida, que actúa como una patota de la dictadura, que se dedica a robar y a esconder el producto de sus robos en distintos lugares”.
A partir de esas denuncias comenzó el calvario. A pesar de los datos aportados por el exasesor ministerial, Roncaglia le inició a Rodríguez una causa por calumnias e injurias.
Este miércoles, a las 10, comienza en los tribunales federales de Comodoro Py, el juicio contra Rodríguez.
Aunque parezca increíble el juicio se inicia igual a pesar de que las denuncias por calumnias e injurias no se presentan en los fueros federales, sin embargo la Justicia federal la aceptó de tosa maneras.
Otro de los datos llamativos de la denuncia es que tampoco especifica con claridad si el delito que se imputa es el de calumnias e injurias. Tanto el Código Penal como el Código Procesal Penal determinan que se debe especificar claramente cuál de estos dos delitos es denunciado.
Mario Ganora, abogado de Rodríguez, presentó un escrito ante la Cámara Federal en el que plantea la inconstitucionalidad de la denuncia. El Código Penal establece que no caben las calumnias y las injurias en cuestiones públicas.
Además, de estas irregularidades, Roncaglia se presentó ante la Justicia con un grupo de abogados pertenecientes a la Policía Federal, con lo cual utilizó recursos públicos para una causa de índole netamente personal.
Como si todo esto fuera poco, el jefe de la Federal, en su presentación revela el nombre de un testigo de identidad reservada del Juzgado Federal Número 2, lo que es un delito y a eso se suma el riesgo de vida al que queda expuesto el informante.
Ante tantas fallas jurídicas, la pregunta del millón es por qué avanza la causa contra un denunciante que presentó pruebas contra el accionar de un funcionario público.
“Esto es un claro apriete contra los que se atreven a denunciar la corrupción de los jefes policiales. Todas estas aberraciones jurídicas constituyen una cuestión política. El objetivo es disciplinar y que nadie más vuelva a denunciar las cuestiones de tráficos de sustancias ni de corrupción policial”, le dijo un abogado que conoce la causa a este medio.
Pero todavía hay algo más. Jorge Rodríguez es el autor del libro “Laboratorios de cocaína en la Ciudad de Buenos Aires”, que fue editado por la Legislatura porteña, y del cual existe una segunda edición corregida y ampliada que puede bajarse gratuitamente de Bubok.
En el libro se detalla con pruebas concretas y a través de expedientes judiciales el accionar narco en las villas más importantes de la Capital Federal.
Sin embargo y una vez más, la Justicia decidió ignorar todos estos datos y seguir adelante con la denuncia de Roncaglia.