Este lunes, el cardenal Bergoglio celebrará en la Catedral del Buenos Aires una misa por el alma del Papa Juan Pablo II, quien falleció este sábado, a los 84 años, tras dos días de agonía. En la ceremonia especial, Bergoglio estará acompañado por los obispos auxiliares porteños y el nuncio apostólico Adriano Bernardini.
Este domingo se rezó el rosario a las 10 y hay otro rezo previsto par las 19.30. Y a las misas dominicales de las 11, 12 y 13 se agregarán dos: a las 16 y a las 18. En la primera misa de este domingo, oficiada por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Eduardo García, se llamó a rezar para que "Jesús le dé vida para siempre" a Juan Pablo II.
El sábado por la tarde, apenas enterados de la noticia de la muerte del Sumo Pontífice, gran cantidad de porteños y de personas llegadas desde el conurbano se congregaron en la Catedral metropolitana para orar por su descanso en paz. La gente ya había comenzado a acercarse a las iglesias de la Ciudad para rezar por él desde el jueves, cuando se agravó su estado de salud. Con su muerte, el número de asistentes se multiplicó.
"No podíamos no venir", fue una de las frases que más se escuchó entre las personas, de todas las edades, que decidieron acercarse hasta la Catedral. Otros apuntaban que la fecha del deceso, 2 de abril, coincidía con la del inicio de la Guerra de Malvinas, por cuyo motivo el Santo Padre llegó a la Argentina por primera vez, en 1982 (su segunda visita fue en 1987). También se recordaba la mediación papal que impidió la guerra con Chile, cuando ésta parecía inevitable.
Karol Wojtyla murió a las 21.37 hora romana (las 16.37 en Argentina) del sábado, tras dos días de agonía y más de 26 años de papado. Su salud, que venía deteriorándose desde hace años por el avance del mal de Parkinson, que le fue detectado en 1992, comenzó un acentuado declive a partir de la noche del 1 de febrero, debido a una laringitis que le provocó serios problemas respiratorios. Fue internado dos veces en el hospital Gemelli, por un total de 27 días y se le debió practicar una traquetomía, que lo dejó casi sin habla. Su cuadro general se agravó en las últimas dos semanas, y el último jueves, por la tarde, sufrió un shock séptico que le propagó una infección por todo el organismo y deterioró su sistema cardiocirculatorio. El viernes, los voceros papales reconocieron que ya no había esperanzas y que estaba en manos de Dios.
El Gobierno nacional enviará al Vaticano una delegación para asistir al sepelio de Juan Pablo II, que estará integrada por el vicepresidente, Daniel Scioli; el canciller Rafael Bielsa, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. Se estimaba que la ceremonia de exequias sería entre el jueves y el viernes próximos.
Horas después del deceso papal, el Presidente Néstor Kirchner grabó un mensaje en la quinta de Olivos, que fue emitido por cadena oficial poco antes de las 21 del sábado. "Los argentinos tenemos el mejor de los recuerdos de Juan Pablo II. Supimos sentir su acompañamiento y su capacidad de mediación en el conflicto entre la Argentina y Chile, en momentos muy difíciles con el conflicto del Beagle, en el que nos habían llevado a un punto límite. Nos queda imborrable la tarea que llevó adelante en aquel momento", dijo el Presidente, en uno de los tramos de su discurso.
Por su parte, Bergoglio partirá durante la semana rumbo al Vaticano, para integrar el cónclave que designará al sucesor de Juan Pablo II. El sacerdote es visto por varios medios internacionales como papable, aunque en el Arzobispado argentino evitan hacer cualquier tipo de especulación al respecto.