El ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, presentó su renuncia, en julio del pasado año, bajo la petición del Gobierno de la Ciudad tras la polémica que generó cuando puso en duda el número de víctimas de la última dictadura militar, al afirmar que “en Argentina no hubo 30.000 desaparecidos” y que el número “se arregló en una mesa”.
No sólo esto, sino que también había sido acusado de dejar fuertes deudas luego de su dirección artística del Teatro Colón y mantenía una pésima relación con María Victoria Alcaraz, directora general del teatro puesta por Horacio Rodríguez Larreta. Incluso, se llevaba mal con los gremios que trabajan en el Colón, que denunciaban las malas condiciones de trabajo.
Es por eso que la gestión de Mauricio Macri decidió inventarle al ex Sushi de De la Rúa un cargo bien lejos, precisamente en Berlín, Alemania, donde se desempeñará como “Representante Especial para la Promoción de la Cultura Argentina”. Pero aunque a todos le pareció un premio exagerado, el bonus estuvo lejos de cumplir sus expectativas y los de su esposa, la actriz Esmeralda Mitre, ya que él pretendía ser designado como agregado cultural ante la Unión Europea, cuya sede obviamenteno está en la capital alemana, sino en la belga (Bruselas), destino no satisfactorio para ella.
El decreto presidencial 284/2017 , firmado por el Presidente y la canciller Susana Malcorra, el ex director del Teatro Colón “tendrá la categoría de Ministro Plenipotenciario de Segunda Clase, al sólo efecto protocolar, durante el desempeño de sus funciones”, y percibirá un salario -en euros- acorde a esa categoría.
Y, además, otro dato dado por el periodista Horacio Verbitsky es que, por supuesto, todos miran con mala cara la cifra de su exilio dorado.
