Desde hace ya un tiempo, las sedes partidarias y algunas oficinas del Gobierno hierven de actividad, reuniones, algún grito, presiones y desazón. Sólo el amor supera -en algunas ocasiones- a la libido que entra en ebullición cuando llegan los cierres de listas y las elecciones se acercan.
En los campamentos de Cambiemos, las cosas comienzan a definirse lentamente, aunque aún nada es definitivo. Hasta hoy, la cabeza de la lista de senadores sería el actual ministro de Educación, Esteban Bullrich, que sería secundado por la actual interventora en la ACUMAR, Gladys González.
La nómina de diputados llevaría al frente al neurólogo Facundo Manes y en otros lugares de privilegio lo acompañarían la legisladora porteña Graciela Ocaña y el “lilito” Héctor Toti Flores.
En este punto asoma la controversia habitual que vienen planteando los radicales desde hace un tiempo. Se sienten raleados de las decisiones, ninguneados en las definiciones políticas y desechados cuando hay que hablar de las cosas importantes relacionadas con la gobernabilidad.
El caso es que en el Pro -haciendo gala de una picardía poco habitual en su historia- querían hacer pasar a Manes por uno de los radicales caracterizados, cuando en realidad su pertenencia al centenario partido de las boinas blancas nunca fue orgánica. La reacción de los herederos de Hipólito Yrigoyen, estos sí cultores de una inveterada astucia, que es una de sus marcas de fábrica a lo largo de su historia, denegaron esa condición para el médico especialista en cerebros (nada menos) y la situación quedó empardada, lista para ser discutida en el futuro inmediato.
Será motivo de otras discusiones el reparto de los lugares en las listas entre los sectores radicales que disputan poder en el partido. Existe un pedido por tres lugares en puestos “expectantes”, que deberán ser adjudicados al sector que encabeza el vicegobernador, Daniel Salvador; al que lidera Ricardo Alfonsín y el que tiene como jefe al “sanzista” Maximiliano Abad, que es actualmente diputado provincial.
La “lapicera” que escribe la lista la tiene Salvai, aunque la definición final está en manos de su jefa, la gobernadora María Eugenia Vidal, que lo mismo consultará en todo a éste.
La aparición en los primeros lugares de Graciela Ocaña se debe a los oficios del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que la impulsa desde hace tiempo. Hay que hacer notar que dentro del Pro existe una alianza entre sus únicos gobernadores en curso, que intentarán disputar poder interno en 2017, para proyectar a sus candidatos hacia 2019.
La presencia de “Toti” Flores tiene que ver con el desembarco de su jefa, Elisa Lilita Carrió, en las listas de la ciudad de Buenos Aires. Su lugar en las listas bonaerenses es el que ocupará Flores, un hombre con una difusa militancia social pretérita.
