Uno de los lineamientos marxistas más sobresalientes es la premisa de que la pureza de la política se encuentra en las economías y sectores minoritarios, que no se encuentren comprometidos y condicionados por los engranajes de la economía general y los poderes hegemónicos. Este punto, que bien supo explicar el sociólogo Immanuel Wallerstein en “El Moderno Sistema Mundial, La Agricultura Capitalista y los Orígenes de la Economía”, es el mismo que recalcan –aunque con otras palabras- Rafael Klezjer y Laura Bitto, dos de los candidatos del nuevo partido de izquierda que compartirán el espacio con Mafalda Sánchez y que germinó en la Ciudad: Izquierda Popular.
Consultados por Noticias Urbanas sobre su característica distintiva en relación a los otros partidos de izquierda, Klezjer especificó: “La diferencia con el resto de las alternativas de la izquierda es que nosotros no venimos de la política. Venimos de la militancia, desde abajo y creemos en el poder del pueblo y en sus mayorías. Las necesidades nos endurecieron y esa fortaleza se transformó en intransigencia política”.
“Nadie sabe mejor que el pueblo lo que necesita”, especificó el referente de este partido que nace, precisamente, desde la organización social “Movimiento Popular La Dignidad”, la cual forma parte, a su vez, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
A este punto, Bitto agregó que para ellos “la política es una práctica de transformación social y no una tribuna de especulación y oportunismo”. “No fuimos ni queremos ser parte de esa clase política que muestra fracasos consecutivos en Argentina”.
Propuestas
“Sí, por supuesto”, respondió Klejzer con rapidez tras ser cuestionado sobre si considera a su partido como “feminista”, esquivando el vacío conceptual al que suelen tirarse todos aquellos que pecan de ignorancia ideológica al responder que “no son ni machistas ni feministas” y atestiguar que buscan “la igualdad de género”.
Esa “igualdad de género” empieza por conocer el tema, a lo que el candidato agregó que éste se “uno de los cuatro pilares de la agenda del partido, junto al “antimperialismo, anticolonialismo y anticapitalismo por el socialismo”.
A este punto, Bitto mencionó que para enfrentar la violencia hacia las mujeres proponen la construcción de Protocolos de Acción Comunitaria para aplicar en cada barrio.
Mas, al respecto de la “pobreza y el trabajo” postulan que es un error la búsqueda oficial de inversiones extranjeras, sino que a cambio debería incentivarse la industria nacional: “Estamos regalando nuestra patria. Empecemos por que los ricos repartan entre los pobres y a partir de allí discutamos nuestras propias posibilidades productivas y allí veremos que no necesitamos de inversiones extranjeras para el desarrollo de nuestra economía como así tampoco la entrega de nuestra soberanía.”
También denuncian una “especulación inmobiliaria, tierra y vivienda”, al argumentar que en la Ciudad el valor de la propiedad ascendió en un 118%, haciendo que la idea de la vivienda propia sea un sueño tan burgués como improbable. “Se privilegia la especulación inmobiliaria y el negocio de las grandes empresas constructoras en vez de poner por delante los intereses y las necesidades del pueblo. Cada vez se nos achican más las posibilidades y quienes trabajamos terminamos alquilando beneficiando también a esos sectores que aumentan cada vez más sus comisiones. Esta realidad sumada a las políticas privatistas del Gobierno empeora aún más la situación. Hectáreas enteras de tierras públicas vendidas y por lo tanto entregadas a los sectores privados”, especificó Bitto, que planteó como solución la expropiación y la recuperación de las tierras públicas para la construcción de planes de viviendas.
Un panorama similar detectan en el sistema de Salud de la Ciudad, por lo que plantean financiar el sistema público de salud en su integralidad, impulsar la producción pública de medicamentos, construir un sistema basado en la prevención y la promoción de la salud pública y popular”.
También proponen una “educación pública, gratuita y laica”, para lo que sería necesaria la construcción de escuelas en la zona sur de la Ciudad, dejando de subsidiar escuelas privadas y parroquiales en detrimento de las públicas, participación del conjunto de la comunidad en la defensa de la escuela pública.
En forma de remate, Klejzer redondeó la idea con un concreto punteo que delimitan las intencionalidad del partido: “Renta básica universal para que nadie esté por debajo de la línea de pobreza; aumento general de salario; congelamiento de los alquileres; suspensión del pago de la deuda; eliminación del impuesto al salario; vuelta de las retenciones al campo y a la minería y ningún político con cuentas en el extranjero”.
Crear una “mayoría popular”, un sueño y un reclamo
Si hay algo que se le critica al ala izquierda de la política es su fragmentación en vísperas de elección, donde las diferencias entre los partidos de izquierda impiden una unión que pese en las urnas y que, además, les resta prestigio y consideración.
Ante esto, Klejzer mencionó que Izquierda Popular se encuentra en diálogo con otras alternativas de izquierda porteñas para crear un frente más amplio y conseguir lo que los carteles publicitarios sugieren: una “mayoría popular”.
Como si dentro del Frente de Izquierda y de los Trabajadores no hubieran suficientes internas entre los precandidatos que prefieren verse cada vez más lejos, Klejzer mencionó que con el FIT tuvieron una mala experiencia. “Hablan desde la izquierda pero tienen prácticas liberales”, sentenció.