Finalmente, se produjo el miércoles a la noche la reunión de la Mesa de Acción Política del PJ bonaerense, en la que todos los referentes reunidos en Matheu 130 -menos los cuatro delegados enviados por Florencio Randazzo- decidieron sumarse al Operativo Clamor para pedir que Cristina Fernández de Kirchner sea quien los conduzca a la victoria el 22 de octubre.
Parelelamente, se conocían más encuestas que muestran a la fórmula CFK-Daniel Scioli imponiéndose con cierta holgura en las próximas elecciones legislativas. La empresa Dicen le otorgó a la exjefa de Estado un porcentaje del 36 por ciento de los votos de los bonaerenses, seguidos por la fórmula de Cambiemos Esteban Bullrich- Gladys González, que obtendrían el 24 por ciento, casi en un empate técnico con la fórmula Sergio Massa- Margarita Stolbizer. La diferencia entre estos dos últimos binomios es que el oficialismo se encuentra en baja, mientras que el frente “1 País” llega a este momento en alza.
De todos modos, los seguidores del exministro del Interior de Cristina Fernández de Kirchner anunciaron que seguirán adelante con su candidatura. “Seguimos pensando lo mismo. Será la sociedad la que reorganice al peronismo en las PASO”, reafirmó su postura el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta.
Conocidas las posturas de antemano, la discusión interna transcurrió sin rispideces demasiado destacable. Los delegados de Randazzo -Juan Manuel Abal Medina, Fernando “Chino” Navarro, Juan Zabaleta y Julián Domínguez- quedaron en franca minoría, por lo que se limitaron a reafirmar la disposición de su jefe a competir, sin mayores controversias. El único momento en que existió algo parecido a una discusión ocurrió cuando Insaurralde les preguntó a “los fabulosos cuatro” por las supuestas diferencias ideológicas que los separan. Uno de los randazzistas le respondió que no existen tales diferencias, sino que ellos cuestionan “un modelo de conducción”.
Una vez planteadas las posiciones, la discusión quedó centrada en si existe una interna, transcurra dentro de límites razonables. Aún flota en el recuerdo el trauma de la última interna, en la que Aníbal Fernández le ganó a Julián Domínguez, pero las heridas que quedaron abiertas tras las PASO condenaron al peronismo a ser derrotado en la elección general. Dirigentes de ambos sectores quedaron en que seguirán hablando para ecitar que eso pase.
De los cerca de 40 integrantes de la Mesa, casi la totalidad de los intendentes, el kirchnerismo, los independientes, los representantes de los movimientos sociales y los La Cámpora plantearon la necesidad de presentar el 13 de agosto una lista de consenso, que represente la gran amplitud que posee el movimiento que creó el General Juan Domingo Perón en 1945.
Antes de la reunión, los intendentes de la poderosa Tercera Sección Electoral, una zona que comprende 19 partidos del Gran Buenos Aires, en la que residen más cuatro millones de personas -un tercio de los electores bonaerenses-, anunciaron por boca de la jefa comunal de La Matanza, Verónica Magario, su intención de pedirle a la expresidenta que los represente. “Hemos decidido entre todos los intendentes de la Tercera que para nosotros la mejor síntesis de la unidad es la que garantiza Cristina Fernández de Kirchner”, expresó luego el intendente Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
Desde el sector mayoritario, sin embargo, dejaron en suspenso la definición acerca de si habrá o no una interna, por más que el randazzismo asegure que cumplió con todos los requisitos para solicitarla. “Acá , la mayoría quiere otra cosa”, dejó sembrada la duda el apoderado del PJ, Wado De Pedro. El planteo es que convocar a una interna es una decisión política, no administrativa, por lo que el detalle de la presentación de los avales quedó reducido a un trámite y nada más. Así, quedó abierta la posibilidad de que la interna o se realice finalmente o que se decida en los tribunales.
En la mayoría, de todos modos, prevalece hasta ahora -esta afirmación deberá ser corroborada por los hechos- la concepción de que el precio político a pagar sería mucho mayor si se le denegara la posibilidad de competir a Randazzo que si CFK fuera finalmente contra él en las PASO.