A los 92 años, Ernestina Herrera de Noble falleció este miércoles, mientras se encontraba internada en una clínica porteña. Fue accionista y directora del Grupo Clarín.
De Noble tuvo una infancia sencilla y en su juventud se desempeño en tareas administrativas de diferentes oficinas públicas con sus presentaciones como bailarina flamenca en algunos tablados del centro porteño.
Tenía 21 años cuando el fundador de Clarín, Roberto Noble, la llevó a trabajar a su empresa y allí comenzaron su noviazgo. Luego de muchos viajes juntos por el mundo y un casamiento a tiempo, al exdirigente socialista y desarrollista le quedaba poco tiempo de vida.
En poco más de dos décadas había logrado llevar su diario al primer puesto de ventas, gracias a su pluralismo político, su preferencia por los deportes y la fotografía, junto con el éxito que tuvo la sección de clasificados. El 12 de enero de 1969, fallece su esposo y ella queda al mando del medio.
Por empezar, entregó la conducción de la redacción a Rogelio Frigerio y Oscar Camilión, los dirigentes desarrollistas que se habían convertido en los hombres de mayor confianza de Noble en sus últimos años. En 1972, fue Frigerio quien decidió integrar a Héctor Magnetto en la dirección, quien en ese entonces era un joven militante platense de su fuerza, el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo). Tras ganarse la confianza de la dueña, llegó a convertirse en CEO y liderar la transformación de Clarín en un gigante multimedio, con radios, revistas, canales de TV, cableoperadoras, compañías de datos y telefónicas.
Si bien Herrera de Noble tuvo que afrontar distintas batallas judiciales, una de las más destacadas fue el 17 de diciembre de 2002. El entonces juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, ordenó su detención por falsificación de documento público y sustracción de menores, permaneciendo tres días detenida en la Dirección de Delitos Complejos de la Policía Federal, en el barrio de Palermo. Sin embargo, el juez aceptó otorgarle la prisión domiciliaria en virtud de su edad (unos días más tarde, la Cámara le otorgó la libertad mientras durase la investigación).
Años después, en 2010 bajo el mandato de la expresidenta Cristina Kirchner, en un nuevo operativo, la Justicia allanó la casa de la familia Noble. La policía ordenó desvestir a Marcela y a Felipe e incautó sus prendas personales para obtener muestras de ADN y compararlas con las del Banco Nacional de Datos Genéticos.
El 4 de enero de 2016, la jueza Sandra Arroyo Salgado finalmente sobreseyó a Ernestina. Felipe clamó en vano por una disculpa pública del kirchnerismo con su familia que nunca llegó.