Las calles de Hamburgo se vieron colmadas de manifestantes, a raíz de la celebración de la Cumbre del G-20. Si bien la protesta anticapitalista ‘Bienvenido al Infierno’, por la cual se esperan 100.000 personas antes y durante la reunión, había comenzado de manera pacífica hasta que se desembocaron fuertes choques con la Policía.
De esta manera, la noche de las concentraciones se saldó con 159 agentes heridos y 45 protestantes detenidos, según la Policía. De acuerdo a las estimaciones, cerca de 6000 personas pertenecen a distintos grupos que prolongaron la marcha hasta altas horas de la noche.
Por su parte, la Policía germana utilizó cañones de agua y gas pimienta para desperdigar a la multitud durante los incidentes de este jueves. En ese sentido, las fuerzas de seguridad comenzaron a reprimir con métodos violentos y sometiendo a aquellos que demostraban resistencia, debido a que algunos de los protestantes se negaron a remover sus máscaras.
Asimismo, seis de los manifestantes fueron encarcelados por lanzar botellas contra los oficiales, mientras que 11 mil personas marchaban a través de la Ciudad, bajo el lema “Prefiero bailar antes que el G20”.
Además, confiscaron cuchillos, bates de béisbol y presuntos dispositivos incendiarios en Hamburgo y sus inmediaciones. También incautaron bastones, botellas y botes en los que se pretendería introducir líquido inflamable.
En consecuencia, se garantizan al menos 20.000 efectivos de las fuerzas del orden, dotados de equipos antidisturbios, vehículos, blindados, helicópteros y drones de vigilancia. A su vez, cuentan con la ayuda de fuerzas especiales de Países Bajos y Austria.
Los organizadores de las manifestaciones habían afirmado que el elevado número de agentes de seguridad podía provocar desórdenes. A pesar de esto, el Ministerio del Interior de Alemania aseguró que no permitirá que se cancelara la cumbre del G20.