Más de 140 mil mayores cobraron ayer sus haberes jubilatorios en centros alternativos de pago. El motivo fue el terror de los bancos a habilitar las sucursales porque, por esas cosas del destino, podría acercarse una oficial de justicia a incautar los depósitos de los ahorristas. La consecuencia la sufrieron los jubilados que tuvieron que deambular por los bancos buscando el lugar donde debían cobrar.
El director de la Tercera Edad de la Defensoría, Eugenio Semino, catalogó esta situación como "falta de respeto a la dignidad humana" y consideró que podría haberse evitado porque ellos "el día viernes, enterados del feriado bancario, le enviamos una carta documento al poder ejecutivo para que se organice un esquema de forma tal que, a partir del lunes, cobraran sin dificultad, como estaba programado".
Pero la organización del pago a los jubilados recién se planeo a partir de la tarde del martes a partir de la negativa de muchos de los bancos privados a abrir sus sucursales. En tanto, el Banco Nación no habilito la sucursal de Entre Rios y San Juan.
"Hay una cuestión previa: -dijo Semino-quienes tenían que cobrar o tienen que cobrar esta semana, a su vez, son 170 mil jubilados que ya le vienen recortando el 13 % de su haber jubilatorio en una medida inconstitucional; vienen con un atraso de un mes en el pago, a través de las sucesivas reprogramaciones que se han hecho"
En tanto que el hombre de la Defensoría, informó que "la ANSES paga por el servicio, vale decir, pagan los jubilados, pagamos todos. Después hay quienes que queriendo evitare la acción de la justicia, cambian la chapa de su dirección para que no los embarguen. Entonces, ¿qué pasa? Se sometió al jubilado a cobrar a un garage, a una panadería o a 20 kilómetros de distancia, de la forma más terrible. Más allá de los problemas físicos, la hipertensión de los jubilados, los problemas motores, que no son pocos"
"De todos modos, se vio la buena voluntad de aquellos (que trabajan en la ANSES) que querían solucionar el problema y se vio la falta de dimensión humana, el trato discriminatorio y demás, por parte de los bancos. Es decir, incluye a los que dependen del Estado, como se señalaba y a aquellos que, en definitiva, viven de la plata de sus clientes", concluyó Semino.