Continuando con la maratón que debió emprender para lograr que su propuesta sea aprobada, el jefe de Gobierno porteño se reunió con el presidente, ante quien detalló su propuesta, a la que todos los técnicos consideran absolutamente viable, pero a la que le faltaba el acuerdo político indispensable, que ahora parece ahber logrado, a pesar del silencio presidencial pos-encuentro.
Entre las paradojas que depara la crisis está la de la Ciudad de Buenos Aires. Gobernada por un miembro de la oposición al actual presidente y mirada con recelo por los máximos jerarcas provinciales – que la acusan de "rica"- cada esfuerzo para conseguir la más mínima concesión de la Nación y las demás provincias, les cuesta a sus dirigentes un esfuerzo supremo. El caso de este crédito no es la excepción. Cuando los porteños se disponían a agotar el stock de "Lexotanil" existente en las farmacias de la ciudad, supieron que habrá una decisión, seguramente favorable, acerca de la viabilidad de su propuesta, que en algún momento creyeron irremediablemente perdida, a pesar de su viabilidad indiscutible.
Esta posibilidad demoró -por el momento- la orden a la empresa Ciccone Calcográfica para imprimir 360 millones de bonos "Porteño". Ciccone se impuso inesperadamente en la puja por imprimir el "Porteño", por sobre las ofertas de la Casa de la Moneda y de la empresa alemana DYG, que acuñó el Euro. Esto, aún a pesar de los repetidos escándalos en los que se vio envuelta aquella empresa. Hace pocos domingos atrás, por medio de una solicitada que publicó un matutino porteño, su proveedora de tintas para impresión – la empresa suiza SPAC- acusaba a los directivos de Ciccone de utilizar elementos que "estiran" la tinta, facilitando de esta manera la labor de los falsificadores. Además, en septiembre del año pasado, la justicia de instrucción de Tucumán pidió la captura de su directivo Roberto Molina, acusado por la duplicación de 1,2 millones de billetes de 20 pesos de Bonos de Cancelación de Deuda (BOCADE). A pesar de tantos tropiezos, quizás el éxito de esta empresa deba ser adjudicado por entero al efectivo "lobby" en su favor que suele realizar el ex embajador norteamericano en la Argentina, James Cheek.
De todos modos, la diosa Fortuna, cuando sonríe una vez, sonríe dos veces: existe la posibilidad de que se concrete la entrega de otros 40 millones de LECOP. Éstos llegarían provenientes del mismo fondo fiduciario de las provincias, que le prestan a cada uno de sus miembros el total de un mes de salarios públicos, que en el caso de la Ciudad de Buenos Aires es de 140 millones, de los que cobró 100 a fines de enero. El remanente ya está siendo gestionado para que lo antes posible ingrese a las arcas de la Tesorería.
Pero si existe una moderada distensión, también deberían los funcionarios porteños estarle profundamente agradecidos a los vientos de la fortuna. Ésa que acudió en su ayuda -una ayuda absolutamente involuntaria y quizás hasta poco amigable- encarnada en el jefe de la misión del FMI, el excéntrico hindú Anoop Singh, que exigió el fin de los bonos provinciales y, paradójicamente, se convirtió en el "gurú de la suerte" para los hombres de Ibarra, cuando éstos sentían que los problemas de su gobierno comenzaban a ser peligrosamente similares a los de las demás provincias.
La reunión de Ibarra y Duhalde se extendió a lo largo de 45 minutos y recién después de ella el jefe de Gobierno porteño sintió que su pedido será tenido en cuenta, habida cuenta de la serie de titubeos que existieron hasta ayer mismo en el Gobierno nacional para otorgárselo.