Buenos Aires es la ciudad con mayor cantidad de torres de América del Sur, en segundo lugar, según el ranking de Skyscraper, la base de datos del Council on Tall Buildings and Urban Habitat, una organización internacional que estudia la planificación y el diseño de edificios altos. La primera es San Pablo y la tercera, Lima.
La ciudad brasileña contabiliza 573 torres y Buenos Aires, 467. Skycraper define como “torre” a las construcciones de más de 12 pisos o de 35 metros de altura. En la Capital, la Torre Renoir, en Puerto Madero, ostenta con 175 metros el récord de ser la más alta; superó al Le Parc de Figueroa Alcorta, en Palermo, que lideró el ranking hasta 2014, con 172,8 metros. Son precisamente esos dos barrios los que agrupan más rascacielos, mientras que recientemente también el sector de Catalinas Norte, en Retiro, sumó tres, como la torre de Consultatio.
“Me mudé de un piso 11 a un piso 22, fascinada por la vista. Es abierta para donde mires. Pero no puedo abrir las ventanas para que entre aire, nunca imaginé que los murciélagos podían ser un problema tan grande”, dijo una vecina que vive en las torres de Seguí y Ugarteche, en Palermo.
Otra ventaja fundamental de vivir en pisos altos es la luminosidad. “No necesito prender ninguna luz hasta muy tarde”, relata José Sojo, que vive en Ortiz de Ocampo y Libertador en un piso 23. Siempre vivió en una casa en las afueras de la Ciudad y tenía el preconcepto de que iba a sentir encierro en un departamento, pero la vista abierta la ayudó mucho en ese sentido. “Otra ventaja es que se siente menos ruido que en los pisos bajos”, agrega.
Entre los inconvenientes, Sojo enumera que “se siente más el viento, el ascensor es lento y tarda en llegar” hasta su piso. Además, cuando se corta la luz, subir por las escaleras es “durísimo”.
Sin embargo, los precios de los departamentos reflejan que los aspectos positivos se priorizan sobre cualquier desventaja. “Los valores se fijan a partir de un precio medio para los pisos del medio. Hacia arriba, aumenta piso a piso. La situación inversa se da hacia abajo”, explicó Federico Andreotti, socio gerente de Tizado Puerto Madero.
El costo también varía según la distribución de cada departamento. “Por ejemplo, el último piso de las torres Le Parc es un penthouse, hacia abajo son semipisos grandes de tres dormitorios y los más bajos son de 1 o 2 dormitorios”, detalla.
Según avisos publicados, una unidad de 320 m2 con dos cocheras en el Le Parc de Figueroa Alcorta cotiza en 5,5 millones de dólares, y otra de 185m2 con tres cocheras en la torre Renoir, 1,45 millones de dólares.
La tendencia promete continuar. Existen dos edificios en construcción que ganarán el podio de los más altos cuando se terminen: las torres Alvear Towers y Madero Harbour, ambas en Puerto Madero.
El proyecto de Alvear Towers estará listo en el segundo semestre de 2018. Con 235 metros, será la torre residencial más alta no sólo de Buenos Aires, sino también de la Argentina y de América del Sur, según aseguran desde la constructora. Alejandro Lekerman, responsable de comunicación del grupo Sutton, indicó que la elección del barrio se debió a que “es hermoso y reúne las condiciones para recibir un proyecto de esa envergadura”.
La Harbour Tower tendrá 180 metros de altura y los desarrolladores estiman que estará finalizada para finales de 2019. Informan que ya vendieron el 70 por ciento de los departamentos. The Sky Collection, el sector entre el piso 35 y el 52, incluye las vistas más privilegiadas, con visual de 360°. Alejandro Ginevra, presidente de GNV Group, informó que el precio del metro cuadrado de estas unidades arranca en 7000 dólares.
En tanto, la reurbanización de siete parcelas situadas junto a Catalinas Norte, también, potenciará el perfil de rascacielos de ese rincón de Retiro. Según datos preliminares, se podrían realizar torres de oficinas en cinco de ellas, similares a las ya existentes, con alturas máximas de 139 metros.
Miguel Camps, presidente de Argencons, la empresa que construye los edificios Quartier, planteó algunos de los beneficios de la construcción de torres altas: “Concentran la estructura de servicios en pocos lugares, ocupan menos tierra y hace que la ciudad se expanda menos”, considera.