El domingo 15 de noviembre, se emitió por televisión una edición especial llamada “Argentina Debate”, en el marco del ballotage que se disputaba entre el candidato a presidente de la Nación por Cambiemos Mauricio Macri y el excandidato por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli. Durante una hora ambos tenían la oportunidad de cuestionarse el uno al otro y exponer sus propuestas si llegaran a ganar la presidencia.
Pero como dice el dicho, “nadie resiste a un archivo”, y Macri tampoco.
“¿Quién va a pagar los costos de este ajuste que va a llevar adelante?”, indagó Scioli al actual Jefe de Estado, que luego éste le respondió: “Nosotros creemos que hay que desarrollar la economía y expandirla y no ajustarla. Yo no he hablado nunca de ajustar”.
A su turno, el excandidato a presidente por el FpV respondió que su oponente no había respondido a su pregunta y manifestó: “Aquí hay un triángulo de retroceso al pasado: los fondos buitres, el FMI y la propuesta del candidato de Cambiemos”.
Y acá es donde se destapa la olla y el actual primer mandatario comienza a hacer un monólogo: “¿En qué te han transformado, Daniel? Pareces un panelista de 678. El gobierno kirchernista destruyó la confianza de este país. No hay inversión, no podemos crecer. La inflación se ha comido a los jubilados, a los trabajadores, a los que trabajan en forma independiente”. Y finalizó: “La Argentina tiene que crecer en base a un gobierno que diga la verdad”.
“En este país no tenemos problema de dólares”, dijo Macri, sino que “ha sido un gobierno que ha mentido, y mentir es gravísimo”.
Este recorte trajo mucha polémica y hoy, a un año y siete meses de su asunción, se puede comparar lo que prometieron y no cumplieron. Las cartas ya están sobre la mesa.