Rogelio Frigerio es uno de los ministros clave de la gestión de Cambiemos y miembro de la mesa chica que, en estos días, discute en simultáneo el futuro del país y la estrategia de campaña de la coalición oficialista de cara a unos comicios que pueden ser fundamentales para las aspiraciones del presidente Mauricio Macri de llevar adelante un ambicioso plan político. En diálogo con Noticias Urbanas, el ministro del Interior de la Nación anticipó debates que se vienen después de octubre, como una reforma política integral; desestimó las denuncias de corrupción contra el Gobierno nacional, y aseguró que la economía va a crecer y que la inflación pronto será “parte del pasado de la Argentina”.
–La oposición machaca con que Cambiemos se desentendió de las promesas de campaña. ¿Ve una diferencia entre lo que plantearon y algunos resultados obtenidos, como en el tema pobreza o las inversiones que no llegan?
–Yo creo que a un año y medio de haber arrancado la gestión podemos decir que ya cumplimos muchos de los compromisos de la campaña: la ampliación de la cobertura de salud, el fin del cepo, la ampliación de la AUH, el acuerdo con los holdouts que nos permitió recuperar el financiamiento, la eliminación de las retenciones, la suba del piso en el impuesto a las ganancias, la ley pymes, la pensión universal por adulto mayor, la ley de reparación histórica para los jubilados, la explosión de la obra pública. Tampoco dijimos que íbamos a solucionar problemas de doce años en unos días. Sabíamos que la situación era muy compleja y que poner al país de pie y recuperar el crecimiento y la generación de empleo iba a ser un proceso lento, más lento de lo que quisiéramos, pero nunca mentimos y dijimos que esto iba a ser fácil. Básicamente, también, porque creemos que el cambio pasa por los valores, y uno de los valores más importantes a respetar es el valor de la palabra.
–Hablando de la palabra, durante todo el año pasado la obra pública estuvo congelada y muchos creen que solamente se reactiva estos meses por cuestiones proselitistas.
–Es lógico que la gente tenga desconfianza porque se le mintió durante muchos años. Por eso cada vez que nosotros visitamos una obra o vamos a una inauguración rescatamos el compromiso de terminar lo que se empieza y de hacerlo en tiempo y forma. Cumplir con los compromisos. Cuando se hagan muchas obras y el Estado cumpla con los plazos y no las inaugure varias veces, la gente va a ir creyendo cada vez más. Y respecto de lo que nos costó poner en marcha la obra pública, fue un proceso difícil por varias razones. Primero porque encontramos la obra pública paralizada. En 2015, la mitad de la obra pública no había recibido ni un solo peso. Además del Estado desmantelado, estaba la falta de mecanismos de control, de transparencia, la desprolijidad y los hechos de corrupción que encontramos cuando revisamos la obra pública que heredamos. Eso generó la necesidad de reconstruir los mecanismos del Estado, cambiamos la forma en la que se adjudican las obras y eso llevó su tiempo. Esto redunda en el beneficio de todos, nos permite hacer más obras y resolver problemas concretos de la ciudadanía.
–Si las cosas son como dice, ¿por qué mucha gente percibe que su calidad de vida empeoró con respecto a dos años atrás?
–Porque la situación es difícil. Está claro que la situación es difícil y el cambio a algunos les llegó y a otros todavía no, pero también nosotros estamos convencidos de que no hay otro camino, que la Argentina probó todos los atajos y siempre llevaron a una situación peor, la cual, precisamente, en 2015 los argentinos decidimos cambiar. El atraso, la frustración, la pobreza, la corrupción, el debilitamiento de las instituciones, a todo eso nos llevaron las mismas políticas que probamos durante décadas. Hoy estamos en un camino distinto, en un camino de cambio, lo que tenemos que lograr es ser persistentes. Yo creo que aun las familias argentinas a las que todavía no les llegó el cambio, en su gran mayoría, saben que este es el camino y que hay que persistir en este rumbo.
–¿Cree que este año llegará finalmente el “segundo semestre”? La situación económica parece lejos de estabilizarse.
–También es difícil. Después de muchos años de convivir con una de las inflaciones más altas del mundo no se puede resolver esto en pocos meses. Y tampoco le mentimos a la gente con esto porque lo que planteó el Presidente es que al final de su mandato la Argentina iba a tener una inflación en línea con lo que son los países de la región. Este año vamos a tener una inflación que es la mitad de lo que fue el año pasado y el año que viene va a ser significativamente más baja. Este es el camino. No se puede hacer magia pero lo importante es saber que estamos haciendo las cosas correctas, aplicando las medidas de política monetaria para reducir la inflación en línea con lo que hacen todos los países del mundo. El Banco Central está haciendo las cosas bien para que próximamente la inflación sea algo que pertenezca al pasado en la Argentina. Y también se está trabajando con un tipo de cambio flexible que amortigüe los shocks externos.
–Ante un escenario internacional complicado, ¿qué rol juega el mercado interno en el proyecto económico del Gobierno?
–El mercado interno es muy importante. Por eso el lento crecimiento del consumo es una muy buena noticia para nosotros. Pero también tenemos que ser conscientes de que un crecimiento sostenido en el tiempo, un desarrollo económico, no se puede sustentar solamente en el consumo, por eso, hoy, el incipiente crecimiento de la economía está sustentado también en la inversión y en las exportaciones, a diferencia de lo que ocurría en el pasado.
–Pasando a un tema político, los gobernadores peronistas ya advierten que después de octubre habrá que renegociar los términos del pacto que los unió durante este año y medio. Como responsable de ese diálogo, ¿qué futuro prevé?
–Nosotros estamos muy satisfechos de la gobernabilidad que se ha podido generar, básicamente, a partir del vínculo entre el Presidente y los gobernadores de este país. Cambiemos tiene una situación bastante particular: nunca un gobierno tuvo tan pocos senadores y diputados, y eso obliga a un trabajo de búsqueda de consenso y de diálogo como nunca antes se vio, y eso no tiene por qué cambiar sino mejorar en la segunda parte de nuestro mandato. Siempre hubo quienes pusieron palos en la rueda, pero la mayoría de los gobernadores entendió cuál es el mandato de la gente, de trabajar juntos para resolver problemas concretos, y creo que eso es muy auspicioso para lo que se viene en nuestro país.
–Gran parte de la campaña de Cambiemos se enfoca en resaltar los casos de corrupción del gobierno anterior.
–Ese no es nuestro enfoque. Nosotros no vamos a hacer campaña de manera distinta a lo que hicimos en estos dieciocho meses de gestión. Vamos a seguir haciendo lo mismo. Gestionando. Estando cerca de la gente, comunicando lo que se viene haciendo, los problemas que se vienen superando. No creemos que otro sea el camino.
–Pero ha habido varias declaraciones en ese sentido de Durán Barba y de dirigentes de primera línea de Cambiemos.
–En general, son respuestas a requerimientos periodísticos. Nosotros no ponemos en la agenda un tema por encima de otros, simplemente respondemos preguntas. Sobre los fueros o sobre la situación de algún exfuncionario, pero no es que para nosotros tenga que ser ese un eje de la campaña.
–¿Y no cree que puede ser un búmeran ante las denuncias de corrupción que ha recibido el Gobierno?
–Denuncias va a haber siempre, pero el Presidente ha sido muy claro en esa línea. Tenemos que ser muy cuidadosos con los recursos de la gente e implacables con los que cometan actos de corrupción. Nosotros vinimos a cambiar el país y, ante cualquier posible hecho de corrupción, brindaremos todo el apoyo a la Justicia para que pueda trabajar. Para esclarecer los hechos de corrupción del pasado e investigar la actuación de los funcionarios actuales.
–En las últimas semanas, desde el Gobierno se habló de avanzar en una reforma política de fondo.
–Eso no es nuevo. Es un planteo que tiene un tiempo. Algunas cosas pudimos hacer, como la Ley de Acceso a la Información o la ley que regula el lobby. Estamos trabajando en la ley de financiamiento de la política. No pudimos avanzar con la reforma electoral pero, no bien podamos, vamos a volver a intentarlo.
–¿Eso incluye la boleta electrónica?
–Sí, creemos que eso tiene que ver con la necesidad de generar más confianza en nuestro sistema democrático y más agilidad en el momento de la votación. Y, por qué no, también discutir cambios en las PASO.
–¿Qué tipo de cambios?
–Las PASO, tal cual están, no se justifican. Son muchos miles de millones de pesos para un proceso que, salvo contadas excepciones, no define una competencia en los espacios políticos. Hay que discutir la conveniencia de sostener las PASO tal cual están, por supuesto, una vez que concluya este proceso electoral. Hay que discutir si tienen que ser obligatorias o no, si tienen que ser solamente para las presidenciales o en todas las elecciones. Yo creo que amerita poner el tema en debate y eso es lo que vamos a proponer después de octubre.
–En las últimas semanas arreciaron críticas desde el radicalismo sobre cómo el Pro maneja la alianza gobernante, y hasta Elisa Carrió ha enviado señales de alerta en ese sentido. ¿Qué futuro le ve a la coalición después de octubre?
–Yo creo que Cambiemos está muy sólido. Estamos muy orgullosos de cómo cerramos las listas a lo largo y a lo ancho del país. Hoy, Cambiemos es el principal espacio político de la Argentina, con mayor desarrollo territorial, con mayor capacidad de movilización, el único con representación en todas las provincias. Y hemos generado en este tiempo un proceso de crecimiento y fortalecimiento interno muy importante.
