Los diputados porteños discutieron duramente el mièrcoles -en la reunión de Labor Parlamentaria- la posición que asumirá el cuerpo acerca de las obras que realiza una empresa italiana en el Palacio Duhau. Las posturas se dividieron en dos. La primera -que sustentaron los peronistas y sus aliados- planteaba la suspensión de las obras por medio de una ley y la segunda -que sustentaron la Alianza, el ARI y Marta Oyhanarte (Acción por la República)- que sólo aceptaba que se votara un proyecto de declaración, que invariablemente va encabezado por la fórmula: "La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vería con agrado…".
La controversia fue dura y hasta el mièrcoles a la noche no hubo acuerdo. La Alianza no acepta ni el proyecto de ley ni
que el tema se trate en primer término en la sesión del jueves 25 de octubre. De todos modos, la sesión podría llegar a caerse o, directamente, a no empezar, ya que si no triunfa su posición, la Alianza volvería a utilizar este recurso, tal como lo hicieron muchas veces en el pasado reciente, sacudidos como están por una crisis constante.
Mientras estos hechos ocurrían en la Legislatura, se produjo la reunión entre el nuncio apostólico, monseñor Santos Abril
y Castelló, y el empresario inmobiliario italiano Juan Scalesciani. En el encuentro, éste se comprometió a suspender las obras sine die, "convencido" por la retórica del representante papal. Pero fuentes bien informadas aseguran que habría ayudado a la moderación de Scalesciani un llamado telefónico que recibió el martes a la tarde. Del otro lado de la línea se encontraba -aseguran- un alto diplomático muy cercano al embajador italiano, que le habría manifestado el interés de esa legación por adquirir el predio en el que se encuentra el Palacio Duhau.
Las mismas fuentes afirmaron que el empresario de la construcción habría trocado su ánimo por uno muy cercano a la felicidad, ya que si la obra hubiera sido suspendida hubiera exigido como resarcimiento la suma de 20 millones de dólares, en tanto que la delegación peninsular estaría dispuesta a abonar hasta 30 millones de la misma moneda.
De todos modos, por si las cosas se vuelven a complicar, dos recursos de amparo están listos para ser presentados. El
primero lo patrocinaría la Asociación de Vecinos de la Avenida Alvear, que preside Patricia Peralta Ramos, prima hermana del arquitecto que dirige las obras ahora suspendidas. El segundo sería presentado por el diputado Julio Crespo Campos, que fue uno de los voceros de los opositores al cuestionado proyecto. Ambos recursos cautelares serían presentados ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.