Hay declaraciones que no resisten ningún tipo de análisis. El martes 11 de julio, se conoció la noticia de que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral citó a declaración indagatoria a treinta y dos exdirigentes y familiares del exsecretario general del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Omar “Caballo” Suárez, en el marco de la causa por presunta asociación ilícita contra el SOMU. Las mismas se llevarán a cabo durante los meses de agosto y septiembre.
Las acusaciones contra los dirigentes y familiares cercanos a Suárez son muy graves. Los investigan por asociación ilícita y administración fraudulenta.
Sin embargo, y luego de que el magistrado le denegara la detención domiciliaria, Suárez se consideró “un preso político”.
Canicoba Corral rechazó la semana pasada un nuevo pedido de excarcelación o prisión domiciliaria que había solicitado Suárez.
El juez considera a Suárez “un peligro” para el gremio, justifica la intervención del SOMU “a efectos de evitar otros ilícitos” y supone que si lo liberara podría obstruir la investigación.
A pesar de las pruebas en su contra, el exjefe del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) deja trascender que teme morir en prisión por su “delicado” estado de salud y reclama mejores condiciones de detención, con higiene mínima y acceso a las medicinas que debe ingerir a diario.
Suárez está encerrado desde el 13 de septiembre del año pasado en el módulo 3, pabellón 7, una de las áreas de máxima seguridad del penal de Marcos Paz. Está allí acusado de encabezar una asociación ilícita, administración fraudulenta del SOMU y bloquear puertos.
Comparte espacios comunes con los funcionarios de Itatí y con los hermanos Juliá, todos ellos detenidos por narcotráfico.
La Nación accedió a cartas escritas de puño y letra que Suárez presentó en la Justicia y obtuvo algunas opiniones de boca del sindicalista a través de su abogado, Carlos Broitman, y de María Lorena Suárez, una de sus hijas, quien también está investigada por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral en la trama de negocios del SOMU.
El sindicalista argumentó que desde que está en prisión sufrió un principio de ACV, perdió la visión de un ojo y se acentuaron sus problemas cardíacos.
La caída de Suárez, se dio gracias a la actuación de la ahora candidata a senadora de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires, Gladys González. La dirigente fue interventora del SOMU desde el 18 de febrero de 2016 hasta el mismo día de 2017. En su paso por el gremio, denunció sobreprecios, autos robados y desvío de fondos durante los 24 años que gobernó Suárez.
La acusación por “contrataciones costosas y desmedidas” contra la postulante macrista tramita en el juzgado federal de María Servini de Cubría y no tuvo aún avances significativos.
Suárez tiene 67 años, 24 de los cuales estuvo al mando del SOMU. A partir de sus cercanías con el poder y con Hugo Moyano, en la época en que el jefe camionero era kirchnerista, Suárez construyó un holding de empresas a partir del SOMU. Salvo Elite Viajes, dedicada al turismo, el resto de las compañías estaban vinculadas a los negocios en el puerto, donde el “Caballo” se sentía amo y señor.
Toda esa red quedó paralizada y está ahora bajo la lupa de la Justicia.