Florencio Randazzo, precandidato a senador por la Provincia de Buenos Aires por “Cumplir”, comparó este lunes la adhesión que tiene Cristina Kirchner con la que tuvo el expresidente Carlos Menem en los comicios de 2003, “cuando sacó el 25 por ciento, pero ni siquiera se presentó a la segunda vuelta”.
“Hay un sector que adhiere a la candidatura de Cristina pero no sabemos cuánto es eso, tendrá que verse en la elección. Pero lo tuvieron todos los expresidentes. Menem llegó al 2003 y sacó el 25 por ciento de los votos, y luego ni siquiera se presentó a la segunda vuelta porque sabía que había un 75 por ciento de argentinos que estaban en contra“, señaló.
Además, reiteró que la exmandataria “no tenía que ser candidata porque ponía en discusión el pasado”, y que, en este sentido, “hubo una mirada crítica de la sociedad” que se vio reflejada en el resultado de las elecciones presidenciales de 2015.
“Mucha gente no quiere volver atrás, que vuelva la soberbia, que vuelva un gobierno que no era refractario a temas que percibía la mayoría de los argentinos y no se les daba respuestas”, subrayó.
Sin embargo, admitió que “Cristina tiene adhesión en sectores que se han visto beneficiados por el Gobierno que ella ha conducido” y que no reconocerlo “sería un acto de soberbia”.
En tanto, Randazzo afirmó que su espacio va “muy bien” de cara a las PASO, y confió en que “hay un alto nivel de indecisos”.
“Hay gente que no quiere votar al actual Gobierno, porque es darle un voto de confianza para que profundice una política que está produciendo mucho daño. Y mucha gente no quiere volver atrás”, apuntó.
Durante su recorrida de campaña, el precandidato sentó firme posición en favor de definir “un Estado presente que proteja a las mujeres contra la violencia machista”, y consideró “insuficiente” el rol que cumple en la actualidad.
Randazzo renovó su compromiso con las problemáticas de género que tienen en el eje a las mujeres como perjudicadas, en la visita que realizó en Almirante Brown al refugio “Uguet Mondaca”, donde se brinda contención a madres e hijos que escapan de sus hogares por diferentes situaciones de violencia.
“Lo importante es tomar contacto con esta realidad y tener la suficiente sensibilidad como para entender que este es un problema grave, porque el femicidio destruye la familia, el tejido social, y el futuro de nuestros hijos”, expresó.
“El Estado tiene poca presencia porque hay una visión parcial. Yo creo en el Estado, pero activo, que en realidad actúe frente a los problemas que tiene la sociedad”, amplió. Además, sostuvo que “fue la sociedad civil la que empujó para que se generen Leyes y respuestas que venían postergadas”, y agregó que desde el Congreso aún se puede “potenciar más herramientas apuntando a la prevención”.