Si no fuera real, la historia merecería ser catalogada como una de las mejores novelas de espionaje. Lamentable, los datos son ciertos, y las acusaciones son muy graves. Básicamente, porque se acusa al gobierno de Neuquén, que encabeza el dirigente del Movimiento Popular Neuquino (MpN), Omar Gutiérrez de espionaje en medio de la campaña electoral.
La historia es la siguiente, la Agencia de Inteligencia y Enlace uruguaya ha descifrado una triangulación ilegal que revela de donde salieron los fondos para la compra de un sofisticado equipo de interceptaciones ilegales proporcionado por Verint Systems Ltd a allegados al gobierno de la provincia de Neuquén.
Según la información, la compañía israelí proporcionó un equipo de tecnología de vigilancia masiva a una sociedad neuquina.
A lo grave del hecho, se suma un dato que complica aún más la situación. Según altas fuentes del Gobierno de Mauricio Macri que dialogaron con Noticias Urbanas hay un informe sobre el tema que está generando más preocupación debido a “la exportación y proliferación de sistemas para espionaje a países con antecedentes por violación de derechos humanos”.
La investigación recaló en la Agencia de Inteligencia y Enlace de Uruguay (SIE), bajo absoluta reserva dada la circunstancia y la triangulación en el país vecino.
El informe hará que autoridades argentinas y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) intervengan de manera conjunta y presten especial atención a las ventas de equipos de avanzada capaces de interceptar comunicaciones telefónicas y redes sociales de ciudadanos comunes a países acusados de violar derechos humanos.
Sin embargo, más allá de la presunta magnitud de la documentación hallada en el operativo –que hasta el momento ha sido manejada en absoluta reserva–, el foco de discusión ha estado lejos del verdadero problema.
En documentos presentados ante dependencias reguladoras del Gobierno Uruguayo, la compañía encontró más de 10.000 clientes en más de 180 países, incluidas la mayoría de las compañías más grandes del mundo y agencias del orden público de Estados Unidos.
En 2007, Verint Systems Ltd proporcionó a México una plataforma de vigilancia financiada por Estados Unidos con un valor de 6 millones de dólares cuyo objetivo era luchar contra los cárteles de drogas.
El Servicio Inteligencia y Enlace de Uruguay identifica a la compañía israelí Verint Systems, la compañía de seguridad y vigilancia que cotiza en el Nasdaq, como el mayor proveedor de tecnología a países sudamericanos, con gran penetración en Argentina, donde en los últimos años surgieron escándalos por espionaje ilegal a periodistas, empresarios, partidos políticos, jueces, fiscales, periodistas y organizaciones sociales, y funcionarios.
Las ventas de material de espionaje representan un tercio de sus ventas. Sin embargo, la compañía revela poco sobre esos productos, los cuales —dice— recolectan y analizan grandes cantidades de información para “detectar, investigar y neutralizar amenazas”.
Tampoco identifica a sus clientes en el sector de seguridad pública y agencias de inteligencia, pero de forma taxativa el Gobierno uruguayo confirmó a través de investigaciones y documentos que tiene ventas en países como Australia, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Chile, Venezuela, Estados Unidos, México, Colombia y Suiza.
Las compañías israelíes solo en 2016 vendieron productos de seguridad informática por más de 8.000 mil millones de dólares, superando por primera vez las exportaciones del país de equipos militares convencionales.
Si bien muchos eran productos comerciales como software anti piratería para bancos, las empresas israelíes también se encuentran entre los principales proveedores de tecnología de vigilancia que pueden usar la policía, las fuerzas de seguridad, agencias privadas, y otros actores del Estado. Verint Systems Ltd y sus principales competidores vienen de países con agencias de espionaje bien financiadas, como Estados Unidos, Rusia, Israel, Gran Bretaña y Alemania, y han operado con supervisión limitada.