Desde El Sur No Espera sostenemos la importancia de las ciudades como arena para el armado de un bloque político nacional y popular. Unidad Ciudadana apostó a una estrategia electoral que privilegió el electorado situado en el Gran Buenos Aires, básicamente la Primera y la Tercera Sección electoral.
Sin embargo, resulta problemático concebir al Conurbano escindido de la Ciudad de Buenos Aires. Hasta diciembre de 2015, la separación de la estrategia político-electoral entre ambos distritos iba de la mano del signo diferente de cada gobierno: PRO en CABA, FPV en Buenos Aires. Sin embargo, desde diciembre de 2015 Cambiemos gobierna ambos territorios, consolidando su poder en estas últimas PASO.
Es necesario analizar con profundidad el comportamiento electoral de los distintos distritos. Grosso modo, es difícil identificar una lógica general del voto. Es cierto que tanto en CABA como en el interior de la Provincial de Buenos Aires Cambiemos sacó a Unidad Ciudadana una diferencia mucho mayor que en el Gran Buenos Aires. De manera quizás demasiado simple se podría afirmar que el electorado de los distritos donde priman las actividades agroexportadoras, financieras y de servicios son más afines a votar a Cambiemos, mientras que los cordones industriales donde viven los sectores populares tienden a votar por opciones peronistas (UC, Cumplir, 1PAIS). La comparación entre un distrito sojero como Pergamino (48,47% Cambiemos, 21,82% UC) con uno eminentemente industrial como Zárate (37,46%% UC, 31,84% Cambiemos) sirve para pensar la relación entre voto rural y lo urbano-industrial.
