Tras haber salido en el Boletín Oficial el decreto firmado por el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gabinete Marcos Peña, desde las líneas oficialistas salieron a desmitificar el posible cierre de ramales: “No es que vayamos a desarmar y tirar todo abajo. Será sólo en casos determinados y para ejecutar en adelante”.
Es que el súperpoder que el mandatario le concedió a Guillermo Dietrich, ministro de Transporte de la Nación, consta en otorgarle la “facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias”, sin previo aviso o consulta a la Presidencia, como regía en la ley hasta este martes.
Resulta que, el medio del proyecto de urbanización o el Plan Belgrano, podría ser necesario remover algunos ramales, según indican desde el Gobierno: “Es un tema meramente administrativo, no está pensando ningún cierre de ningún ramal: la medida está pensanda para casos muy puntuales como estaciones o ramales que ya no se usan, y que que se los desafecta del uso ferroviario para destinarlos a otros usos, como por ejemplo planes de vivienda social, urbanización de asentamientos o villas, espacios públicos, bicisendas, calles, etc”.
Mas esto remueven memorias de la década del ’90, cuando el entonces presidente Carlos Menem expresó: “Ramal que para, ramal que cierra”. Dicha frase abrió paso al cierre de ramales en el interior del país, dejando incomunicados y librados a su suerte a un sinfín de pueblos y economías regionales.
Con la justificación de “aliviar el trámite burocrático”, fuentes oficialistas ejemplificaron en qué casos podría ser necesario este procedimiento, y señalaron así al tramo de vías en desuso de la estación Federico Lacroze de la línea Urquiza, que serán desafectadas en el marco de la urbanización de la villa Fraga, en el barrio de Chacarita.
Asimismo, el decreto 652 determina que los rieles, durmientes, aparatos de vías y el resto de los bienes muebles que sean parte de la infraestructura ferroviaria que se encuentra ubicada en el sector a remover, quedarán en poder de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias S.E.
Por su parte, los sindicatos ferroviarios La Fraternidad, Unión Ferroviaria, Asociación de Señaleros de Ferrocarriles Argentinos (A.S.F.A.) y Asociación de Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos (A.P.D.F.A.) se declararon, mediante un comunicado conjunto, en “estado de alerta”.
Allí aseguraron: “Estamos convencidos de que si queremos y creemos en el desarrollo del país, se debe indefectiblemente reactivar e invertir en el sistema ferroviario”.
“Vamos a defender no solo los ramales activos de cada una de las líneas ferroviarias, tanto de pasajeros como de cargas, sino que vamos a trabajar incansablemente para que los ferrocarriles sean la columna vertebral del transporte en la Argentina”, concluyeron.