Cuando esta nota llegue a los lectores de Noticias Urbanas, Elisa “Lilita” Carrió estará descansando en algún lugar del exterior. Hacia allí partió días después de su histórico triunfo en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de la Ciudad de Buenos Aires. Solo la amplitud de su victoria y su delicado estado de salud explican que mientras el Gobierno ya está pensando en las elecciones generales del 22 de octubre, sobre todo por la dramática paridad en la provincia de Buenos Aires, su aliada VIP haya decidido tomarse un descanso. Serán unas dos semanas.
El primer corte con la campaña lo había hecho la misma noche de las PASO. Decidió no dar entrevistas y solo prendió el celular de a ratos.
Carrió puede darse esos lujos por una performance casi inédita. Sólo Carlos “Chacho” Álvarez, en el apogeo del Frepaso y la decadencia del menemismo, a fines de los 90, había sacado más de 50 puntos en una elección intermedia en la Capital. Carrió quedó clavada en 49,55 por ciento. Y ese número no fue solo una victoria contra la historia. También fue una prueba consigo misma. Batió su propio récord, en su décima presentación en territorio porteño, tras el debut para la presidencial de 2003.
Además, claro, resultó un mazazo en el presente. Les sacó casi 30 puntos a los tres candidatos kirchneristas y más de 35 al díscolo Martín Lousteau (Evolución). Estas dos palizas, con proyección de confirmarse en octubre, explican la euforia del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en el búnker de Costa Salguero. En su doble rol de estratega nacional y armador porteño, Rodríguez Larreta encaminó su futuro y allanó el camino para su objetivo más cercano: una reelección en la Ciudad en 2019.
“Ahora lo importante es no perder votos. En principio, vamos a hacer una campaña similar a la de las PASO, quizá un poco más larga, porque así lo marca el calendario electoral. Y también Lilita está predispuesta a ayudar en Buenos Aires, Santa Fe y Chaco. Es decir, los distritos donde la necesite el Gobierno o donde haya candidatos de la Coalición Cívica”, analizaban en las últimas horas en el entorno de la diputada.
Cerca de Carrió hablan con sorpresa del fenómeno que dicen estar viviendo en campaña. “Recorrimos toda la Ciudad de Buenos Aires, fuimos a varias provincias y solo dos personas, una vez, le gritaron algo negativo de lejos. El feeling que tiene Lilita con la gente es tremendo. La esperan en los actos para sacarse selfies. Yo hice muchas campañas con ella y es una reinvidicación impresionante”, cuenta uno de los dirigentes que está todos los días con la candidata.
Que esa victoria histórica haya sido de Carrió es lo que tranquiliza a Rodríguez Larreta. Salvo algún amague en 2007, nunca la líder de la Coalición Cívica se mostró entusiasmada con una postulación ejecutiva en el distrito. Ella se siente una dirigente nacional.
Paradójico: los dos candidatos que sí quieren reemplazar a Mauricio Macri y ya fracasaron en el intento hicieron una elección entre regular y decididamente mala. El primer caso a analizar es el de Daniel Filmus (Unidad Ciudadana). El ex ministro de Educación ya fracasó dos veces en su intento de ser jefe de Gobierno. Macri le dio sendas palizas. En 2013, como ya se ha dicho, tocó fondo, cuando ni siquiera pudo renovar su banca de senador. El domingo, en términos absolutos, le fue peor: sacó apenas unas centésimas por arriba de los 15 puntos, que fueron más de 20 porque se sumaron los pedazos de sus competidores internos, Guillermo Moreno (Honestidad y Coraje) e Itai Hagman (Ahora Buenos Aires). Se supone que Filmus debería retener ese apoyo. Habrá que ver.
En cuanto a Lousteau, la idea de repetir los 25 puntos de la primera vuelta para jefe de Gobierno de 2015 parece imposible. Quedó en 13,05 por ciento, lejos incluso de los casi 18 puntos que había juntado en la primaria de ese mismo año. Es difícil pensar hoy el futuro político del exembajador de Macri, más allá de la segura banca de diputado que conseguirá en octubre. Trabajo por cuatro años no le faltará, pero de ahí a derrotar a Rodríguez Larreta…
El resto de las PASO en la Ciudad fue eso, un resto. Matías Tombolini (1País), que llegó con ganas de meterse en la pelea más grande auspiciado por Sergio Massa, sufrió como otros cierto abandono del jefe renovador y se terminó conformando con pasar el filtro de las primarias y quedar en carrera. Arañó los cuatro puntos. ¿Cuánto podrá crecer?
En esa puja de abajo también se colaron dos expresiones de izquierda: el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que postuló a Marcelo Ramal, y Autodeterminación y Libertad, de Luis Zamora. Otros diez frentes y partidos quedaron afuera. Desde el economista Claudio Lozano hasta el garrote de José Sanfilippo.
De mantenerse la tendencia, Rodríguez Larreta tendrá otro motivo para festejar: mantendrá la mayoría en la Legislatura, que consiguió hace un mes y medio con la conformación del interbloque Vamos Juntos.