El miedo no es fácil de explicar. Es una sensación muy difícil de traducir en palabras. Lo que sí se pueden explicar son los hechos concretos. La marcha de la CGT del último martes fue un punto de inflexión para el presidente de la Nación, Mauricio Macri. “Se enojó mucho con los sindicalistas, pero no sólo con ellos sino también con muchos funcionarios que no están comprometidos a fondo con los lineamientos del Gobierno, por eso decidió que ya no hay lugar para los tibios. Eso motivó que terminara echando a dos funcionarios y atacando a los capos de la CGT”, le dijo a Noticias Urbanas un importante político de la Casa Rosada.
Pero eso sólo el comienzo. Macri le ordenó a sus colaboradores anotar los nombres y apellidos de todos los dirigentes sindicales que se encontraban en el palco ubicado en Plaza de Mayo durante la marcha del martes.
La orden de Macri fue clara se va a poner el ojo en los “negocios” de los sindicalistas y se los va a perseguir fiscal y judicialmente.
Ellos son los principales apuntados por la ira presidencial. Sin embargo, hay algunos que sufrirán embates más fuertes que otros.
El caso de Hugo Moyano es especial. Macri lo atacará en tres lugares donde el poder del moyanismo es clave: la CGT, la AFA y OCA.
El CGT apoyará al sector contrario a Moyano. El Gobierno tiene muy buena relación con las 62 Organizaciones y espera esmerilar el poder del moyanismo. En la AFA la relación entre el presidente de Boca, Daniel Angelici y el yerno del líder de los camioneros y presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia está rota. Por último, le apuntarán a OCA. Pretenden que el control de Moyano sobre la empresa desaparezca quitándole una importante caja.
Uno de los líderes de la CGT y pollo de Moyano, Juan Carlos Schmid, el único orador del acto del martes ya le confesó a sus íntimos que deben recomponer los lazos con el Gobierno. El temor de los sindicalistas crece día a día.
En el gabinete nacional el miedo no es menor. Existe incertidumbre hasta donde llegarán los cambios y todos ven al presidente ejerciendo el mando de tropa casi como nunca. Durante este viernes por la mañana, Macri encabezará dos reuniones de gestión en la residencia de Olivos, cuando reciba a funcionarios de su gabinete para un encuentro de coordinación de gobierno y luego a los responsables del Ministerio de Transporte.
El primero de los encuentros tendrá lugar por la mañana con los ministros coordinadores Mario Lopetegui y Gustavo Quintana, entre otros funcionarios, a partir de las 10.50. Por la tarde, a las 15, Macri recibirá en Olivos al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para mantener una reunión de evaluación de la gestión de dicha cartera.
El mensaje de Macri volverá a ser el mismo: no hay lugar para los tibios. En sólo dos días, el presidente echó a tres funcionarios de áreas importantes. El primero fue Luis Scervino, apartadode la Superintendencia de Servicios de Salud por su cercanía con la CGT. Luego fue el turno del viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, que trabajó en el macrismo durante toda la última década.
Este jueves, en tanto, dos meses y medio después de haber recortado las pensiones por discapacidad y haber metido la pata en el intento de defender la medida, Macri finalmente echó del Gobierno al titular de la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales, Guillermo Badino.
Hay dos ejemplos que sirven para explicar lo que quiere el presidente: Macri felicitó al ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, por como actuó -retirándose junto a Patricia Bullrich- en la reunión con los organismos de Derechos Humanos por el tema de Santiago Maldonado. Todo lo contrario sucede con el ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, que viene cometiendo errores desde el comienzo de la gestión y que podría ser uno de los próximos desplazados.
Con las reuniones de este viernes, Macri pretende que los funcionarios entiendan perfectamente el mensaje hacia dentro del Gobierno y además pongan en funcionamiento más aceleradamente la embestida contra los no alineados con el proyecto.