Era el año 2013. Cristina Fernández de Kirchner era la Presidenta de Argentina, y su ministro de Economía, Hernán Lorenzino, participó de una entrevista para un medio de comunicación extranjero, más precisamente de Grecia.
Todo iba bien y en completa normalidad, hasta que la periodista griega le preguntó sobre la inflación. Incómodo, con voz trabada y casi transpirando, Lorenzino balbuceó alguna respuesta rápida por un tiempo. Pero luego, pidió cortar la entrevista y le señaló a la periodista que “no se podía preguntar sobre la inflación en Argentina”. A continuación, dijo “me quiero ir”.
Lo polémico es que quién filmaba no cortó la transmisión, y el Ministro quedó expuesto pidiendo no referirse al polémico tema de la inflación. Quedó para la historia su pedido de auxilio.