El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, advirtió, este viernes, que van a seguir adelante con la reforma educativa a pesar de las tomas de decenas de escuelas secundarias de la Ciudad, en rechazo de la medida, al asegurar que “la gran mayoría está de acuerdo” con la iniciativa.
“Estamos convencidos, como la gran mayoría de la gente, que hay que cambiar y hacer una reforma del sistema educativo”, sentenció. Además, destacó que “dos o tres colegios levantaron las tomas”.
Larreta también insistió con que detrás de la protesta de los estudiantes hay sectores del kirchnerismo, y recordó que muchos de los cambios que introduce esta reforma, como las prácticas laborales, “vienen de una ley nacional que impulsó” el Gobierno anterior.
En este contexto, el defensor del Pueblo porteño, Alejandro Amor, advirtió a los alumnos que no le “importan los insultos” que reciba por compartir la posición con el Gobierno local acerca de que “las escuelas tienen que estar abiertas y con chicos estudiando”.
Amor, no obstante, recomendó a la administración porteña repensar la modificación promovida y evaluar “qué se puede corregir, qué se puede mejorar y qué puede ser suprimido” del plan impulsado.
Asimismo, exhortó a ambas partes del conflicto a conformar una “mesa de diálogo” que permita descomprimir la situación, tras su fallida mediación del miércoles último.
“No importan los insultos y las críticas que tengamos: voy a seguir apostando a que haya un diálogo con responsabilidad por parte de todos”, sostuvo el funcionario. Y agregó: “Eso es legítimo si la expectativa de ellos era que yo fuera [en la reunión del miércoles] una especie de vocero de sus posiciones. Indudablemente, eso no podía suceder porque no era el rol que yo tenía en ese momento”.
“Necesitamos que las escuelas estén abiertas y con chicos estudiando, porque se está terminando el año y hay chicos con cuestiones de notas y de faltas. Tenemos que hacer un esfuerzo todos”, enfatizó.
En esa línea, al referirse al Gobierno porteño, manifestó que tiene que avenirse a “poder discutir cuáles son las posturas que se pueden corregir, que se pueden mejorar y que pueden ser suprimidas” del plan educativo.