Hace 90 días no se dedicaba a la política. Podía vérselo en programas de televisión hablando de su especialidad, la economía, como invitado o columnista. Superó con éxito las PASO y se convirtió en el primer candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires del frente Avancemos hacia 1País Mejor, el conglomerado que reúne al FR, al GEN y a Libres del Sur. Su camino electoral lo inició con un spot filmado en la cocina de su casa, en el que denunciaba que “la plata no alcanza”, y fue furor en las redes sociales. Y montado en una campaña tan disruptiva como creativa, logró crecer en conocimiento público. Según algunas mediciones, hoy está solo a un punto de lograr su objetivo de ingresar en el Congreso. Una distancia tan corta como difícil de transitar. Matías Tombolini, profesor universitario, economista y flamante político, accedió a responder ante Noticias Urbanas mientras se preparaba para el debate electoral organizado por la señal TN. Esto es lo que dijo.
–Usted dice que “la plata no alcanza”, y el Gobierno habla de “brotes verdes” en la economía. ¿Quién tiene razón?
–La razón la tiene el bolsillo de cada argentino, que debe responder si se encuentra en una situación personal mejor, peor o igual que al comienzo del gobierno del ingeniero Macri. Lo que nosotros vemos es que la economía se recupera en ciertos sectores pero que la situación de los comercios y las pymes sigue sin mejorar. Lo cual es una muestra de que la tan mentada recuperación tampoco les ha llegado a los sectores medios asalariados.
–Si usted tuviera que sintetizar su propuesta electoral en unos pocos ejes principales, ¿cuáles serían?
–Una propuesta electoral que busca favorecer a los trabajadores y reactivar el consumo bajando los impuestos a los alimentos y mejorando la competencia en las góndolas, en lugar de privilegiar la ganancia de los empresarios. Entre la renta y el salario, estamos del lado del salario. Esta diferencia de modelo se sostiene también con propuestas en materia de género, en materia de seguridad y en las demás ideas que fuimos presentando y que marcan la diferencia que tenemos con el Gobierno de concebir la política y la economía.
–Su campaña es considerada por muchos como la más creativa y sus videos suelen causar mucho impacto en las redes. ¿Habrá algún otro efecto sorpresa de acá a la elección?
–Sí, va a haber más efectos sorpresa hasta el día de la elección, pero no te los puedo contar ahora porque dejarían de serlo.
–Considerando que se calcula que el Pro obtendrá los sufragios de alrededor del 50 por ciento del electorado porteño, que las PASO dejaron al peronismo como la principal oposición y que la izquierda tiene un voto duro difícil de perforar, ¿cómo piensa obtener los sufragios que le faltan para ingresar en el Congreso?
–Estamos a solo un punto de poder llegar al Congreso para seguir avanzando allí con nuestras propuestas. Nosotros, en la campaña, queremos comunicar algo que es real: que Carrió, muy posiblemente, sacará la mitad de los votos del electorado o más, y que lo que está en juego ahora, entonces, es si a la Cámara de Diputados entra Juan Cabandié, de La Cámpora; Carla Carrizo, que es la candidata macrista que tiene Lousteau, o si ingreso yo. Es eso lo que hoy está en juego. Por eso invitamos a la gente a que, de estas tres opciones, se incline por la nuestra.
–¿Qué aportes destaca de sus compañeros de espacio?
–Primero, el aporte de Florencia Arietto en materias de seguridad y justicia. Flor ha sido una compañera que, además de enseñarme un montón, brindó contenido en la campaña. Y, como a ella le gusta decir, es una soldado que estuvo presente en todas las oportunidades que ha podido. También fue un gusto trabajar y militar con Libres del Sur. Son muy creativos y nos acompañaron tanto en las iniciativas de género como en el eje general de la campaña, que tiene que ver con la economía y con que la plata no alcanza, y lo adaptaron a las problemáticas que ellos plantean. A su vez, recorrer la Ciudad junto a Sergio Abrevaya, del GEN, fue una experiencia excelente. Por el conocimiento que tiene del distrito y porque es un hombre de una larga trayectoria. Dentro del mundo sindical, Juan José Tufaro, Maia Volcovinsky y Hugo Melgarejo dejaron su impronta. Por su parte, Javier Gentilini, del Frente Renovador, aportó a lo largo de la campaña un equipo militante muy fuerte, con presencia en toda la Ciudad, además de su mirada sobre temas culturales, lo que le dio otro cuerpo al conjunto de propuestas que nosotros planteamos. Todos los compañeros del espacio aportaron desde su lugar para que la propuesta sea cultural, diversa, abarcativa y alineada con el eje central, que es el económico.
–¿Cree que faltaron propuestas en esta elección de parte de los demás candidatos?
–Sin duda, lo que lamentablemente impera en la campaña es la falta de propuestas. Es una elección que no ha presentado, al menos hasta aquí, la chance de que cada candidato muestre algo más que ataques personales. El Gobierno llevó esto a la máxima expresión: en su pelea con el cristinismo mostró muchas más fotos que ideas. Y el cristinismo, por su parte, repasó palabras vacías de contenido, sobre todo, porque lo que han declamado ha sido muy diferente a los resultados que sus dirigentes pueden exhibir después de doce años de gestión.
–¿Por qué, hasta ahora, Massa nunca apareció en la campaña, como sí lo hicieron los referentes de los otros espacios que componen el frente 1País, como Stolbizer y Donda?
–Sergio está en la organización pero, como la campaña en Provincia lo tiene muy ocupado, no tuvo oportunidades de coincidir conmigo en la agenda de los medios. Seguramente, vamos a realizar entrevistas conjuntas la semana que viene. Igualmente, su presencia junto a nosotros hoy está en la vía pública, en el IVR y en las redes sociales.
–¿La baja performance de Massa en las PASO bonaerenses lo perjudica a usted o cree que no influencia en el electorado porteño?
–Creo que acá lo mejor es no engañarse. Nosotros esperábamos un mejor resultado en Provincia, pero Sergio sigue siendo un dirigente con un enorme potencial y un gran volumen político. El frente 1País obtuvo su certificado de nacimiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 13 de agosto de este año y, a partir de allí, para nosotros, el camino es de crecimiento.
–¿Es verdad que la producción de A dos voces no quería que participara del debate?
–La verdad es que no me consta. Yo estoy contento con la oportunidad que nos dieron de poder participar.
–¿Qué critica y qué avala tanto del gobierno de Macri como de las gestiones kirchneristas?
–De Macri hay que reconocer la salida del cepo, la recuperación del Indec y la idea de volver al mundo. Pero en este último punto está, precisamente, la crítica: el modo en que volvió la Argentina al mundo terminó siendo para pedir prestado, para pasar la gorra antes que para buscar socios comerciales. Otra crítica central respecto de Macri es su modelo de crecimiento en función de la toma de deuda externa, un modelo que no tiene como principales beneficiarios a los sectores medios ni a los asalariados en general. A su vez, del kirchnerismo rescato la recuperación de Aerolíneas Argentinas, el fin de las AFJP y muchos de los ideales vinculados con la expansión de los derechos. Pero la crítica no puede ser menos que rotunda respecto de lo más importante: su gran contradicción interna. Es decir, la enorme distancia que quedó entre las palabras que declamaban y los resultados que obtuvieron, con empresarios que se enriquecieron y una Argentina que terminó con una pobreza cercana al 30 por ciento.
–¿El argentino se volvió un fanático, que no puede reconocer un acierto de un rival?
–Me parece que es un sesgo del tiempo en que vivimos, donde todos tratamos de confirmar previamente la manera que tenemos de ver el mundo. Pero eso no significa que sea una situación que vaya a perdurar para siempre.
–¿Qué se puede hacer para terminar de una vez por todas con la grieta?
–Terminar con la grieta requiere de liderazgo, de retomar la cultura del encuentro que propone el Papa y de entender al diálogo como constructor de soluciones entre personas que piensan de un modo diferente. Cuando entendamos que el diálogo puede hacer que el todo sea más que la suma de las partes, la grieta quedará en el olvido porque, justamente, pensar distinto no anula la posibilidad de encontrar soluciones conjuntas.