Emiliano Yacobitti es contador público y fue presidente de la Federación Universitaria Argentina entre 2001 y 2003. Actualmente, es el titular de la UCR Capital, y junto a Enrique “Coti” Nosiglia son los principales apoyos con los que cuenta Martín Lousteau en el radicalismo de la Ciudad. En esta entrevista con Noticias Urbanas habló de la campaña de Evolución y criticó a Daniel Filmus y a Horacio Rodríguez Larreta. “No comparto cómo asigna las prioridades del oficialismo”, dijo sobre el jefe de Gobierno porteño.
–¿Por qué en la segunda parte de la campaña se hizo tanto hincapié en criticar al primer candidato a diputado nacional por la Ciudad de Unidad Porteña, Daniel Filmus?
–Naturalmente, después de las PASO la primera lectura es que la gente se dio cuenta de que puede votar sin miedo de que vuelva el pasado. Para nosotros eso ya era así. Cristina y el kirchnerismo habían perdido en 2013 cuando quisieron re-reelegir, y Filmus era el candidato en la Ciudad que garantizaba la re-reelección de Cristina. Y pasó lo mismo en 2015. Pero es cierto que se hizo lo posible por instalar que había que votar con miedo a que vuelva el pasado. La realidad es que el resultado de las PASO hace que eso quede atrás, que la idea de que Cristina puede volver es cada vez menor y te diría que ya casi nadie piensa eso. Lo que sí pasa es que el kirchnerismo volvió a instalarse como segunda fuerza en la Ciudad. Nadie puede pensar hoy que Carrió puede perder la elección, lo único que está en juego es quién está en segunda fuerza. Si es Evolución, vamos a tener una segunda fuerza con un criterio autónomo e independiente pero propositiva; si es el Frente para la Victoria, con Filmus a la cabeza, su objetivo va a ser trabar la gestión de la Ciudad. Nosotros, cuando arrancamos en la Ciudad, planteamos que nuestro objetivo era construir sobre lo construido reconociendo las cosas que el otro había hecho bien, pero subiendo la vara y entendiendo que Buenos Aires es la ciudad más rica. Queremos que sea moderna pero también de iguales, y no iguales en la pobreza. Nosotros planteamos que esta Ciudad puede darse el lujo de tener mejores desafíos si cambia sus prioridades a la hora de asignar el gasto; y en el caso de lo que tiene que ver con la parte nacional de la elección, planteamos seguir constituyendo Cambiemos como ya lo constituimos en 2015. Nosotros vamos a aportar, así como Martín no tuvo duda en aportar para que el Gobierno de Cambiemos pueda reencauzar una relación con uno de los países más importantes del mundo –si no es el más importante–. Él creía que en vez de sus dos últimos años en la Cámara de Diputados podía –o el Presidente le había dicho que podía– aportar más desde ahí. Él aclaró que iba a volver a competir, y esto fue público, y su tarea estuvo cumplida. De hecho, primero vino Obama a la Argentina y después, cuando Martín volvió, se lo comunicó al Presidente al mismo momento que le dejó en claro que estaba reorganizada una reunión con el nuevo presidente de los Estados Unidos. De hecho, ofreció que si quería podía quedarse, que él no quería especular con una foto. Me parece que en eso fuimos consecuentes de que nuestro objetivo es no ser una oposición destructiva ni una parte obsecuente del oficialismo. Por eso, yo soy de los radicales que en Gualeguaychú creyeron en Cambiemos y lo vio como una herramienta necesaria para reordenar la política, que era la posibilidad de la sociedad argentina de tener una fuerza política con democracia interna, lo que nos permitía juntar partidos que no éramos lo mismo. Por eso compitieron Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Macri. Eso te daba la suficiente potencia como para devolverle a la Argentina la alternancia necesaria y terminar con una década de populismo y donde se habían perdido un montón de oportunidades. Hoy seguimos diciendo exactamente lo mismo.
–¿En qué temas basaron el último tramo de la campaña?
–Vamos a puntualizar en nuestras propuestas. Desde que arrancamos dijimos que éramos los únicos que habíamos hecho una campaña basada en nuestras propuestas, de cómo bajar las tarifas y cómo reacomodarlas, de cómo controlar los precios o cómo priorizar la salud, la educación y la seguridad en el Presupuesto de la Ciudad. El eje de nuestra campaña tiene que ver con eso, con pensar con tranquilidad para discutir el futuro. Y me parece que es mucho más fácil hacerlo ahora, cuando las PASO ya dejaron en claro que la gente puede votar sin miedo. Hoy uno tiene que votar no para sacar a otro, sino por lo que cree que es la mejor propuesta o los mejores candidatos.
–¿Cómo ve la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, entendiendo que es una continuación de un gobierno de ocho años de Mauricio Macri?
–Yo no comparto cómo asigna las prioridades. Uno cuando ve el presupuesto de una gestión ve sus prioridades, y cuando el porcentaje que le dedicás a la educación es menor cada año es que no es una de tus prioridades, lo mismo sucede con la salud. Cuando tenés una Ciudad tan rica, con índices distintos entre norte y sur en cuanto a la escolaridad, a la mortalidad infantil, habla de que estás asignando tus recursos con una prioridad equivocada, según lo vemos nosotros. Después, por supuesto que hace cosas que están bien, y que hay obras que son necesarias, y que las empieza y las termina, pero con eso a nosotros no nos alcanza. Cuando nosotros decimos “construir sobre lo construido” estamos diciendo que queremos levantar la vara. Todos estamos de acuerdo con que hace falta una mejor educación en la Ciudad, una mejor calidad edilicia de las escuelas, que hay hospitales que tienen quirófanos que no funcionan. Tirar la plata hablando de AgradeSelfie no tiene nada que ver con las prioridades que necesita la Ciudad. Pero hay veces que la megapolarización tapa todo. Y puede que sea cierto porque la gente votó enojada, responsabilizando al pasado del duro presente, y está bien que así sea porque son responsables. Pero uno tiene que votar recordando el pasado y no queriendo cometer los mismos errores en el futuro.
–¿Que Lousteau haya sido embajador no confundió a una parte del electorado?
–Puede ser que haya confundido a algunos, pero es cierto que esto también depende de la forma en la que se informa. Él dejó siempre en claro las diferencias que mantenía con el Gobierno de la Ciudad y que iba a volver a competir. Si cuando él decide competir salen desde ministros hasta todas las redes sociales a descalificarlo es muy difícil explicarle a la gente. Pero nosotros hacemos ese esfuerzo militante de explicarle a la gente que el político que hace lo que dice que va a hacer no es el raro, es al revés. Nosotros no vemos la política de esa manera.
–Sea cual sea el resultado en octubre, ¿Lousteau va a mantener su postulación a jefe de Gobierno en 2019?
–A nosotros el resultado no nos conformó, pero 250 mil porteños votaron a Martín, eso es mucho más de lo que necesita cualquiera para arrancar. En la Argentina hay muchos ejemplos que sacaron pocos votos un día y después sacaron muchos. Cuando Martín casi gana el balotaje, arrancó en una PASO con 17 puntos, con Carrió y la Coalición Cívica dentro de su frente político. Entonces, hoy en cuanto a votos es lo mismo. Y, seguramente, en 2019 va a haber otro contexto. El pasado va a estar mucho más atrás. La gente va a poder estar segura de que tiene la tranquilidad de elegir lo que le parezca mejor. La alternancia en la Ciudad también es buena, sobre todo si el que lo propone no es quien diga que “todo lo que se hizo está mal”. No. Las cosas que se hicieron bien las vamos a profundizar, y en las que tenemos diferencias, las vamos a cambiar.
–A fin de año la UCR Capital elige nuevas autoridades, y desde un sector del radicalismo y del Pro pretenden jugar en la interna para, de esa manera, debilitar al sector que apoya a Lousteau, ¿cómo ve esta situación?
–En diciembre se vencen los mandatos, convocamos a internas con los plazos y las formas con las que había que hacerlo, para que nadie sienta que nosotros intentamos prorrogar algún mandato más allá de lo que establece la Carta Orgánica, aunque podríamos hacerlo, porque también esta menciona una instancia de prórroga. Yo creo que el partido tiene reglas. El Pro se ocupa del Pro, la Coalición Cívica de la Coalición Cívica y los radicales nos ocupamos de los radicales. No hay mucha vuelta. Y así como al kirchnerismo le decíamos que estaba mal cuando cooptaba gente de otros partidos, lo mismo pasa para cualquiera. Acá, quien gane las internas será el que le toque conducir el radicalismo.
–¿El sector de ustedes ya definió candidatos?
–No, porque la elección de presidente del partido es indirecta, lo que se elige son los representantes de cada una de las 15 comunas, y de esos sale el presidente del partido.
–¿Cómo ve la posición de los Radicales en Cambiemos?
–A mí me parece que es un sello destinado a confundir al electorado, porque el radicalismo ya está en Cambiemos. Es un sello que inventaron desde el Pro para sumarle identidad radical a su lista y restársela a la de Martín, cuando en realidad desde la Convención Nacional de La Plata, la Convención de la Ciudad de Buenos Aires y la Mesa Nacional del partido que lidera José Corral avalaron lo actuado por el partido de la Capital.
–¿Qué hay de cierto en que si el sector que usted lidera pierde la interna, Lousteau pierde el apoyo de los radicales?
–Eso habría que preguntárselo a quien lo dice. Nosotros fuimos el primer distrito en el país que dijo, cuando todavía existía Unen, que a Unen había que sumar al Pro para hacer un gran frente político. Esto fue una nota que salió en el diario Clarín, por lo que en ese momento me costó que Casella le mandara una carta a Sanz pidiéndole explicaciones de por qué no tomaba cartas en el asunto por las palabras que había dicho el presidente del Comité de la Capital. Nosotros siempre planteamos lo mismo: en Gualeguaychú votamos a favor de armar un frente político como el que se hizo y lo hicimos en 2015 en la Ciudad. La única diferencia es que ahora hicimos el mismo frente político con las mismas reglas pero no se pudo, entonces que nosotros seamos una traba para ser Cambiemos es un error. Nosotros lo queremos a Lousteau y a muchos más en la cancha, que compitan y que la gente ordene cómo son las listas.