El único referente del frente Avancemos hacia 1País Mejor que logró una banca en la Ciudad de Buenos Aires pertenece al GEN de Margarita Stolbizer. Se trata de Sergio Abrevaya, quien el 10 de diciembre volverá a un lugar que ya conoce, la Legislatura porteña, donde fue diputado entre 2007 y 2011. En esa oportunidad representaba a la Coalición Cívica, de la que fue miembro fundador, y durante su mandato logró la aprobación de 52 leyes de su autoría, como la de administradores de consorcios, la de celiaquía, la de estacionamiento en la mano izquierda en los barrios o la de mediación escolar. En esta entrevista con Noticias Urbanas, este abogado, mediador y político de origen radical adelantará las iniciativas que impulsará en el parlamento local, analizará cómo será su futuro funcionamiento y dará su visión acerca de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y el resultado electoral del domingo pasado en el distrito porteño.
–De los candidatos que presentó el frente Avancemos hacia 1País Mejor en la Ciudad, usted fue el único que logró una banca.
– ¿Por qué cree que no pudieron alcanzar un resultado que permitiese el ingreso de más diputados en la Legislatura porteña o de Matías Tombolini en el Congreso nacional?
–El frente 1País es una fuerza nueva. En esta elección, que nos llevó encabezando a Matías Tombolini en la lista para diputados nacionales y a mí en la boleta para legisladores porteños, partimos de un nivel de conocimiento muy bajo. Por eso, tuvimos que hacer dos campañas en una. La primera fue de instalación de los candidatos, porque si la gente no te conoce, no te vota. Logramos llegar al 70 por ciento de conocimiento, que es mucho en tan poco tiempo de campaña, pero no alcanzamos el 100 por ciento. El segundo obstáculo a vencer era construir el voto. Y construimos lo mayor posible. Nosotros pensábamos que podíamos mejorar desde las PASO hasta el 22 y lo hicimos. Pero no alcanzó para más por otro factor, que fue la enorme polarización que en la Ciudad de Buenos Aires se dio contra Cristina y que encarnó en el voto a Elisa Carrió. Cristina nacionalizó su elección y esa nacionalización se reflejó en el distrito porteño. Eso quitó del escenario muchísimas posibilidades de propuestas. Y, por supuesto, la versión B de Cambiemos, que era Martín Lousteau, concentró en la polarización el restante del votante que por ahí no quería darle un aval a Larreta pero sí votar en contra del kirchnerismo. Entonces, ese más de 60 por ciento de votos polarizados dejaba muy poco margen. Nosotros estamos contentos por lo que logramos construir en ese escenario, pero, por supuesto, tristes porque no entraron ni Tombolini ni Laura González Velasco.
–Durante la campaña, el principal problema que usted atacó fue el del aumento de las expensas en los edificios. ¿Qué medidas habría que tomar para que bajen y por qué cree que no se toman?
–Hay una serie de medidas para bajar las expensas que figuran en dos proyectos que voy a llevar a la Legislatura. Uno tiene que ver con el control de las administraciones, de si están ejerciendo bien su profesión. El segundo promueve eliminar todas las tasas que se les cobran a los consorcios por la tercerización de los controles, que van desde el tanque de agua hasta el ascensor. Pero la gestión Pro tiene un formato distinto: lo único que ha hecho es desalentar las denuncias de los consorcistas. De mil denuncias que ha habido por año, que son pocas, porque el desaliento lo consigue, solo 21 se resuelven. Y ahora están tratando de imponer un nuevo proyecto para concentrar toda la información de los consorcios en el Estado, pero sin asumir los gastos. Una verdadera barbaridad, que, además, es inconstitucional.
–¿Qué otras iniciativas tiene en carpeta para presentar en la Legislatura?
–La reforma educativa merece una nueva ley de educación, por lo que voy a presentar un proyecto al respecto. Además, voy a promover la obligatoriedad de que en las avenidas haya dos carriles exclusivos para el transporte público que sean imposibles de interrumpir en caso de manifestaciones. Tengo otro proyecto, que anuncié en campaña, para que el lenguaje de señas se enseñe en las escuelas, y otro para incorporarlo en la atención al público estatal. Otras iniciativas que voy a impulsar estarán dirigidas a bajar los costos, que han sido tremendos, en las pymes, en cuestiones como, por ejemplo, sus planes de evacuación. Parece insólito que esto ocurra, pero es así porque la política del Pro ha sido la de tercerizar el control, es decir, cargártelo a vos y hacerlo bien exigente para que el Estado no tenga ninguna responsabilidad si ocurre algún accidente en un comercio. Entonces te dice: “Hacé todo esto y pagalo vos”. Y eso se convierte en imposible de sostener para una pyme. Voy a intentar corregir todos estos casos.
–¿Qué tipo de oposición planea llevar adelante en la Legislatura?
–Mi oposición al modelo del Gobierno es clara. Pero, por supuesto, la Legislatura tiene un formato histórico de debate de leyes y, en algunas, depende de cuáles sean, si sirve a la ciudadanía, uno se mete, discute, corrige y aprueba. A su vez, otras leyes trataré de impulsarlas yo y que el Pro y otros espacios las voten. Pero va a ser una oposición que difícilmente tenga resultados contundentes porque los bloques que la integramos ya no tenemos el control del cuórum, que ahora está exclusivamente en manos de Cambiemos.
–¿Y qué tipo de iniciativas jamás acompañaría del oficialismo?
–Eso tendría que verlo con cada proyecto. Pero, conceptualmente, nunca apoyaría algo que, desde mi subjetividad, entienda que vaya en contra de los intereses de la Ciudad de Buenos Aires.
–¿Cómo evalúa la gestión de Horacio Rodríguez Larreta?
–Veo bien los traspasos. Todos. Los reclamé de todas las formas, incluso judicialmente. Sin duda, no puedo ver mal eso. También veo bien la elevación de los trenes y su soterramiento. Durante años, con Enrique Olivera, planteamos la necesidad de quitar las barreras arquitectónicas de la Ciudad de Buenos Aires. Así que en eso siempre me van a encontrar arrancando con la opinión favorable. ¿Qué veo mal? Que no haya inicio de una nueva línea de subte. Y que hayan sido tremendamente lentas las obras de los pocos kilómetros que se hicieron: una estafa a la sociedad en el mediano y en el largo plazo, que, como no se ve, pasa. También veo mal la venta de algunas tierras de la Ciudad para hacer torres. Y me parece que este Gobierno tampoco está promoviendo una reforma del código de construcción que le sirva a la Ciudad, sino que, por el contrario, están pensando en una Ciudad de seis millones de personas, lo que es un disparate.
–¿Cree que la próxima Legislatura será un lugar de construcción de consensos, como históricamente ha sido, o que Cambiemos hará valer automáticamente su mayoría?
–Yo creo que el Pro va a hacer valer su mayoría automática y que va a intentar convertir a la Legislatura en una escribanía. Y que va a ser muy difícil resolver el problema. La única esperanza que queda es que las diferencias con sus socios permitan algún resquicio para que la Legislatura pueda seguir funcionando con vocación democrática.