Habrá reciclado, censo y una licitación a destiempo para la basura porteña

Habrá reciclado, censo y una licitación a destiempo para la basura porteña

El secretario de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano, Eduardo Epszteyn, se plantea lanzar -en un tiempo que quizás sea algo mayor que los 15 días que publicaron algunos medios- un plan para embolsar los residuos en los hogares, a la vez que se propone censar a los cartoneros. De todos modos, la problemática de la basura -que excede ampliamente estas instancias- no parece estar siendo atacada por las acciones del Gobierno porteño que, entre otros temas, pareciera estar a punto de lanzar -una vez más, fuera de tiempo- la licitación para recoger los residuos que se fabrican en la ciudad de la furia


UNA BOLSITA NO HACE VERANO

En este desordenado mundo que rodea a la recolección de los residuos sólidos urbanos, las empresas concesionarias recogen un volumen cada vez menor de basura, a la vez que cada vez más gente se incorpora a este circuito, empujada por las miserias. El Gobierno, por su parte, se confiesa casi desbordado por una situación que fue modificada dramáticamente por una crisis que no tiene contemplaciones con los que vacilan.

Dentro de este contexto, el Ejecutivo porteño se dispone a implementar la separación de los residuos en los hogares, por medio de las "bolsitas verdes".

"Lo que pasa es que nosotros -relata el secretario de Medio Ambiente y Planeamiento Urbano, Eduardo Epszteyn- vamos navegando a la vez que construimos el barco. La implementación de las bolsas separadas es un intento de producir un cambio cultural. Este es el primer paso en el marco de una situación de emergencia".

"Venimos trabajando desde hace varios meses, hablando con los periodistas, con los sociólogos, con los cartoneros, en fin, con todo el mundo -se explaya el funcionario-. Nosotros conocemos las limitaciones de esta medida, pero también sabemos que de esta manera estamos mejorando la limpieza en la vía pública".

EL CENSO DE LOS CARTONEROS

En cuanto al fenómeno de los "cirujas", Epszteyn reconoce su falta de información. "Vamos a censar a todo el sistema, incluidos los depósitos, porque necesitamos conocer el fenómeno, ya que el problema principal que tenemos hasta ahora es que no hay cifras serias de esta actividad. Tenemos que saber las condiciones en las que trabajan, dónde trabajan y los problemas sociales que padecen los que realizan la recolección informal".

"El censo es como una foto, un mapa. Nos provee de información y de un primer nivel de contacto con la gente. A partir de este censo, entonces, vamos a poder establecer las reglas de juego", asegura este economista graduado en la Universidad Complutense de Madrid.

Frente a los resultados del relevamiento, que deberían ser algo más que una serie de números escritos en un papel, Epzteyn afirmó categóricamente que "no vamos a adjudicar zonas de trabajo". Si esto fuera efectivamente así, los problemas principales que hacen al fenómeno del "cirujeo", que fluctúan entre el sistema de "zonas liberadas" que otorga la policía y la explotación de los más débiles por empresarios que desconocen todo acerca de la piedad, seguirán su camino por un mundo paralelo, que no tendrá control y que resistirá todos los intentos en este sentido, si son albergados de esta manera por la indiferencia oficial.

UNA LICITACIÓN QUE ESTÁ LISTA PERO QUE NO ARRANCA

En el terreno de la cuestionada demora en la licitación de los contratos de la recolección, Epszteyn, en su charla con NOTICIAS URBANAS, fue deliberadamente ambiguo: "estamos trabajando a marchas forzadas, pero como el nuevo diseño tiene originalidades, nos lleva más tiempo que el esperado".

A continuación, ante la insistente requisitoria de los cronistas, expresó que "tengo la decisión política de llegar a tiempo con la licitación, pero con este tema no se puede improvisar, por lo que esta circunstancia podría generar demoras".

Finalmente, ante la persistencia de los cronistas en solicitarle precisiones sobre la fecha de la licitación -que todo el mundo sabe que ya está preparada, o casi- Epszteyn volvió a manifestarse ambiguo y una vez más eludió una respuesta concreta.

La tardanza es dificultosamente aceptable, porque es sabido que cuando -a mediados del año pasado- el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala, le entregó al secretario de Medio Ambiente, Norberto La Porta, la licitación de los residuos ésta ya estaba casi lista.

Posteriormente, La Porta renunció y su sucesor, Eduardo Ricciutti, tampoco concretó la licitación, aunque también era sabido que estaba lista -a pesar de los cambios que éste implementó- hacia los primeros días de agosto.

Si se reconstruyera el sendero que recorrió esta licitación fallida, podría decirse que comenzó en Fatala, continuó por La Porta, luego llegó hasta el escritorio de Riciutti, que a su vez se la legó a Epszteyn.
Cuatro fueron los secretarios que no fueron capaces de armar una licitación, a pesar de que tuvieron ya cuatro años y ocho meses para hacerlo. Quizás hasta estén pensando en prorrogarla por un año más. ¿O no será así?.

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