Las calles de Buenos Aires eran, para Horacio Ferrer, territorio de la locura. Por eso es que les dedicó una balada, que llevó música de Astor Piazzolla, nada menos.
En su balada, Ferrer nombra a la calle Arenales y a la avenida Callao, por donde llegaba el loco, llevando una banderita de taxi libre en cada mano y “dos medias suelas clavadas en los pies”. También, como no podía ser de otra manera, evocaba al Vieytes, el antiguo hospicio de la calle Ramón Carrillo, que hoy es el neuropsiquiátrico José Tiburcio Borda. Al hospicio se lo llamaba popularmente Vieytes porque la calle al frente se llamaba así.
Los cambios en el nombre de la calle en la que se sitúa la entrada principal del “Asilo para Orates” fueron, desde 1863, primero “De la Convalecencia”; luego, en 1893, pasó a ser “Vieytes”; en 1968 se convirtió en “Barracas” y en 1991 fue bautizada “Ramón Carrillo”, en honor al creador de la salud pública.
De todos modos, ¿alguien sabe por qué Callao se llama así? ¿Quién fue Arenales? ¿Y Quintino Bocayuva, o José María Calaza, o José Barros Pazos? Sin ir más lejos, la calle Uruguay debe su nombre al río que hace las veces de límite con el vecino país y no al propio país, por lo que los carteles deberían llevar la inscripción “Río Uruguay”.
En esta sección vamos a ir develando las razones por las que las calles se denominan como se denominan. La locura a la que se refería el poeta montevideano está relacionada –para nosotros en esta ocasión– con los nombres que desconocemos más que con el afiebrado ritmo de vida que agobia a veces a los porteños.
Por eso, semanalmente, Noticias Urbanas les pondrá historia a los nombres de las calles que cruzan la Ciudad.
José María Moreno
El hijo del hermano menor de Mariano y de Manuel Moreno nació en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1835 y falleció también en esta ciudad el 22 de marzo de 1882.
Entre los seis y los once años vivió en una estancia en Lobos a causa de su precario estado de salud. Una vez que regresó a Buenos Aires, comenzó su educación en el colegio del sacerdote jesuita Francisco Magesté.
En 1851 comenzó a estudiar derecho, pero recién se graduó en 1865, debido a que fue convocado por Bartolomé Mitre para intervenir en las batallas de Pavón y Cepeda. Siendo estudiante, ante su contracción al deber, fue nombrado como profesor interino de Derecho Civil.
Antes de culminar su carrera, en 1861, fue elegido diputado para la Legislatura de Buenos Aires. Cuando los terminó, en cambio, fue nombrado subsecretario de Guerra y Marina durante la infame Guerra contra Paraguay.
En 1868 fue designado como fiscal general de Gobierno, cargo en el que duró hasta 1872, cuando arribó a la banca de diputado nacional. Al finalizar su mandato, en 1876, pasó a desempeñarse como asesor municipal.
El 1 de mayo de 1879, Moreno llegó a la culminación de su carrera política, al ser designado vicegobernador de Carlos Tejedor, pero las cosas terminaron mal. Este se oponía a la federalización de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que en 1880 se levantó en armas contra el presidente Nicolás Avellaneda. Como fue derrotado, Tejedor renunció y Moreno fue ascendido a gobernador en su lugar.
De todos modos, duró en su cargo desde el 1 de julio hasta el 18 del mismo mes, en medio de las convulsiones que agitaban la vida política. Avellaneda designó como interventor federal a José María Bustillo, que lo suplantó en el cargo.
Antes, en 1874, había sido designado como miembro académico de la Facultad de Derecho, de la cual fue uno de sus fundadores. Siempre fue un partidario del sistema federal y consideró que la ciudad en la que nació debía ser la sede del gobierno. Era partidario de que las autoridades debían ser elegidas mediante el sufragio, evitando el habitual fraude que perpetraban los gobiernos de la época.
Su cátedra era tan popular que llegó a tener 450 alumnos inscriptos en ella, que no cabían en el aula. Impulsó la construcción de la Facultad de Derecho, en la que hoy funciona el Museo Etnográfico, ubicado en Moreno 353. Fue vicerrector de la Facultad.
Su salud, que nunca había dejado de ser precaria, comenzó a deteriorarse tras renunciar a su cargo de gobernador. Falleció el 22 de marzo de 1882.
La avenida José María Moreno
Nace en la avenida Rivadavia, como continuación de la avenida Acoyte. Allí mismo se erige la estación Acoyte de la Línea A del subterráneo de Buenos Aires.
Recorre el barrio de Caballito hacia el sur, en un trayecto en el que se cruza con las avenidas Juan Bautista Alberdi y Directorio, que conforma el límite con el barrio de Parque Chacabuco. En esta esquina se encuentra la estación Directorio de la Línea E de subte.
Ya en este barrio, la avenida corre por debajo de la autopista 25 de Mayo y la avenida Asamblea, hasta terminar en la avenida Cobo. A partir de allí pasa a denominarse Justo Daract, que marca el inicio del barrio de Nueva Pompeya.
José María Moreno y Rivadavia
Durante el siglo XVIII, los terrenos de la zona de José María Moreno y Rivadavia pertenecían a los capitanes Pedro Hurtado de Mendoza y Domingo Griveo. Estos cultivaban membrillos y duraznos, para lo cual ingresaban de contrabando mano de obra esclava, corporizada en negros africanos.
En 1857 llegó el ferrocarril, que unía la plaza Lavalle con Floresta. Por ese tiempo, en la esquina de Moreno y Emilio Mitre funcionaba desde 1821 la Pulpería del Caballito, que debe su nombre a un mástil con una veleta que instaló allí su dueño, el inmigrante genovés Nicolás Vila. Luego, todo cambió. Pero esa es otra historia.