En el macrismo, el retiro, es algo que suele ponerse en práctica muy a menudo. Los llaman retiros políticos y suelen ser un par de días en que los políticos se alejan de la Ciudad para concentrarse en diversas actividades.
Este fin de semana fue el del ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda. Con Rogelio Frigerio como anfitrión, no podía en en otro lugar que en su campo en Entre Ríos donde ofreció picada, asado y vino tinto.
Más de 60 funcionarios se juntaron a despedir el año y a hacer un balance del 2017. Hubo brindis y agradecimiento del ministro por el acompañamiento (en el año electoral fue de los que más tuvo que viajar) y las obras ejecutadas.
A cargo de la logística del evento estuvo Mauricio Colello, coordinador general del Ministerio y de la animación, otra vez, el subsecretario del Interior Juan Carlos Morán, ya experto en payadas, acompañado en la guitarra por Ricardo Delgado.
A la payada también se sumaron Horacio “Toto” García, titular de Migraciones; al director de Fronteras, Fernando Cafasso; al director nacional de Hábitat Marcelo Cano, y al subsecretario de Planificación Territorial, Fernando Álvarez de Celis.
También se animaron a la guitarreada tres de los cinco secretarios de Estado: Sebastián García de Luca, Alejandro Caldarelli y Domingo Amaya. Los ausentes: Adrián Pérez y la chaqueña Aída Ayala.
En el pelotón de subsecretarios estuvo el de Vivienda, Iván Kerr; la de Hábitat, Marina Klemensewicz; de Recursos Hídricos, Pablo Bereciartúa; de Asuntos Municipales, Lucas Delfino; de Relaciones con las Provincias, Paulino Caballero y Delgado, coordinador de Obra Pública.
Viajaron también, de la Capital a Villa Paranacito el titular del Renaper, Juan D’Amico; el director de la DINE, Fernando Álvarez Álvarez; el presidente de AySA, José Luis Inglese; el titular de Enohsa, Luis Jahn; el jefe de Gabinete de Interior Camilo di Boscio y el vocero de Frigerio, Sebastián Fernández Spedale.
En el cierre hubo fútbol con Frigerio y su hijo Máximo que se puso la 10 de Messi.
