La crisis del Correo parece no tener fin, y la reestructuración llevada adelante por el Gobierno nacional tampoco. Apenas se inició septiembre, el Gobierno puso en marcha el plan de renovación completa del Correo Argentino. El presidente Mauricio Macri ordenó remover al directorio de la compañía.
El plan, bajo la órbita del ministro de Modernización, Andrés Ibarra, es monitoreado de cerca por el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.
Ahora y siguiendo ese plan, Macri le pidió la renuncia a Jorge Irigoin, quien será reemplazado por Luis Freixas Pinto, un ex Autopistas del Sol.
El presidente del Correo, Jorge Irigoin, un hombre de confianza había sido designado en diciembre de 2015.
Irigoin será reemplazado por Luis Freixas Pinto, un ex Autopistas del Sol a quien Macri eligió por sugerencia del ministro de Modernización Andrés Ibarra. El enroque se oficializará en los próximos días.
La salida de Irigoin es el último gran cambio de autoridades que dispone Macri en el Correo, luego de que en septiembre decidiera remover a todo el directorio e impusiera, entre otros nombres, a Gustavo Papini, un ex OCA y de extrema confianza del vicejefe de Gabinete Mario Quintana, en el cargo de director ejecutivo.
El próximo año la idea es bajar a la mitad ese rojo. Con un rediseño de la logística y un nuevo plan de negocios, que apunta a liderar el mercado de E-Commerce.
Por otro lado, mientras los gremios alertan sobre posibles despidos (hablan de un plan para echar a 1.700 empleados), desde el Correo descartan despidos masivos e indican que se concretará un “rediseño” de la organización, en la que impulsarán redistribución de tareas y traslados de empleados “para atender las nuevas demandas de una nueva industria postal”. Remarcan, en ese aspecto, que Papini es un especialista.
Entre 2004 y 2015, la dotación del Correo se incrementó casi un 40%: de 12.100 empleados a 17.000, que hay en la actualidad. Fue en contramano de sus números: en 2004, las ganancias del Correo orillaban los 54 millones de pesos.