A través de un comunicado, el Instituto Argentino de Derechos Humanos expresó su rechazo por los hechos violentos acaecidos durante el día 14 de diciembre en el Congreso de la Nación y sus adyacencias
“Cuarenta y ocho horas antes, el Gobierno Nacional encabezado por el Sr. Presidente Mauricio Macri, el Jefe de Gabinete de Ministros Marcos Peña y varios ministros del Poder Ejecutivo presentaron ante un amplio auditorio –al que asistimos- el “Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos”, desarrollado y redactado entre el Ministro Germán Garavano y el Secretario Claudio Avruj”, dice el texto dado a conocer por el Instituto.
Y continúa diciendo: “Uno de los ejes del Plan es acerca de la ‘Seguridad Pública y la No Violencia’ y sus ítems, entre ellos el capítulo de la “Violencia Institucional”. El maravilloso párrafo acerca de que el Estado va a “adoptar políticas de seguridad pública, basadas en la protección de los Derechos Humanos”, previsto en dicho Plan Nacional, formó parte del discurso del Sr. Presidente de la Nación y mereció el aplauso de todos los presentes”.
“Nunca imaginamos que, desde otro sector del Poder Ejecutivo, borrarían en pocas horas toda credibilidad sobre el esfuerzo y planificación de los cinco ejes programados. Sus propósitos y objetivos, enumerados por el Secretario de DDHH, el Ministro de Justicia, y reiterados por el Presidente Macri, se hicieron añicos durante el mediodía del 14 de diciembre”.
“Hoy no salimos del asombro ante semejante esquizofrenia política”.
“Podemos comprender ahora, la ausencia de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich a dicho acto. Con los hechos y opiniones de los últimos meses- la ministra de la No-Seguridad ha dado pruebas de ignorar al Sistema de Derechos Humanos y estar dispuesta a vulnerar derechos o a validar a quienes los vulneran”.
“Es imposible no repudiar el escandaloso e innecesario atropello con perros, gases, palos y balas de las fuerzas de seguridad devenidas en pelotones de combate. El daño que le ha ocasionado a la política, a la ciudadanía, y a la confianza institucional”.
“¿Adónde quedó el diálogo? ¿Adónde la gradualidad en los cambios? ¿Cómo creer en la frase del Sr. Presidente: ‘En vez de quedarnos mirando los fracasos del pasado tenemos que mirar el futuro´?”
“¡Si los hechos del jueves 14 han sido peores que los del pasado y más aún, ya son resumen de fracaso en el presente!”
“Como Instituto de Derechos Humanos rechazamos retroceder a otros ultrajes a la democracia como fueron los del 19 y 20 de diciembre del 2001, cuyo ministro de Seguridad concluyó condenado por la Justicia. Nos preocupa el retroceso de esta semana. Pero no nos nubla la mirada hacia el futuro. Los que trabajamos en DDHH no dejaremos que se retroceda en la vigencia de los derechos. El Estado tiene obligaciones que no está cumpliendo: entre ellos: el rol de garante de la vigencia de derechos, de su no regresividad, del desarrollo progresivo, de prevenir, proteger y promover los derechos, de investigar a quienes los vulneran y de reparar a quienes se ha dañado”.
“Los que trabajamos en DDHH adherimos al Sistema Interamericano de DDHH. Desde allí miramos las verdades del presente, respetando a nuestros gobernantes electos democráticamente, aceptando que su consigna sea “cambiemos”, pero cambiar para mejor, cambiar para entender y atender a los derechos de todos, cambiar para cumplir eficazmente con los deberes que exige la Convención Americana de DDHH a sus Estados parte, y no para consentir que alguien (no electo por el pueblo) se tome el atrevimiento de enviar pelotones de combate a luchar contra el pueblo. Así no se construye ni el diálogo, ni la república ni la ruta hacia el desarrollo y la prosperidad”.
“Ahora sí es necesario –más que nunca- el cambio. El cambio de políticas, el cambio de modales para con la ciudadanía, el cambio de criterios con los que sostienen a los pudientes y olvidan a los más pobres y vulnerables”.
El texto se lleva la firma de Alicia Pierini, Juan Antonio Travieso, Nerina Da Rin, María Elena Martino, María Graciela García, Alejandro Nató, Julio Spina, Martín Raimundo y Nancy Rothar.