Desde hace unos días se recalienta el duelo que vienen manteniendo el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, con el mandamás del sindicato de camioneros, Hugo Moyano. El miércoles, al involucrarse y quebrarse la CGT -con los gordos afuera y los demás adhiriendo a a la marcha- tuvo una de las derivaciones más interesantes.
Y las posturas que van tomando los distintos actores políticos, sindicales, judiciales y periodistas de los medios de comunicación respecto a este enfrentamiento, en el que todos coinciden que son dos pesos pesados, en que esto puede tener un antes y un después, en que está planteado para dentro de 21 días, para dar tiempo quizás a nuevas negociaciones que arrojen una desescalada del este conflicto, que hoy está en el centro de la batalla política interna.
Las causas en las que estaría involucrado el líder camionero, ya sea por el tema de Independiente y su complicidad con la barra brava, por el tema de la empresa de logística OCA en donde el tesorero del sindicato y dirigente de Independiente, Héctor Yoyo Maldonado tiene todos los números para ser tildado de testaferro, y otras causas relacionadas con empresas de familiares ligadas a la compra sin licitación de parte del sindicato, todas parecen tener por lo menos la posibilidad de ser ciertas. Todas ellas tienen diferentes estados judiciales y avanzan con distintos jueces.
¿Pero la marcha del 22 sólo tiene a la persecución sobre Moyano como única causa?
¿O también juegan corporativamente algunos otros popes del sindicalismo que tuvieron graves problemas con la justicia en los últimos tiempos?. Eso seguro, y la acusación de persecución política nace al instante desde estos sectores.
Pero la catarata de aumentos del costo de vida de los argentinos, como la boleta de los servicios públicos, su necesidad de viajar en un transporte público más caro o si usa su automóvil tendrá el aumento de las naftas, su impuesto inmobiliario si es propietario vendrá con aumento salado y su salud se verá afectada por aumento imparable de las prepagas…
¿no son razones válidas para salir a la calle y decirle al gobierno ‘che loco para un poco la mano’?
Encima no para la inflación, y crece la deuda. Parece haber motivos.
El gobierno puede decir que “no le importan las marchas, que tiene el rumbo seguro”. Es más hasta puede ser cierto. Pero esto es un ajedrez y después de las blancas juegan las negras y así sucesivamente hasta encontrar un ganador o tablas. Y las cosas o salen bien o salen mal, para ambos bandos.
La justicia no está -al menos totalmente- controlada por los operadores el Ejecutivo. Hay otros jugadores que deciden, distintos grupos de inteligencia, jueces díscolos o sencillamente independientes, y los que siguen añorando a la justicia legítima que va desapareciendo definitivamente luego de la ida de Gils Carbó.
Encima ese día es el aniversario de la tragedia de Once, y parecería que la fecha puede ser cambiada a pedido de los mismos dirigentes convocantes como la CGT, o bien lo que quedó de ella. Sería prudente no mezclar los reclamos.
Moyano puede ser culpable ante la justicia, y puede tener razón en lo político. No es contradictorio.
Esto puede ser corporativo entre los sindicatos perjudicados, pero lo que es insoportable es ver a macristas y kirchneristas como mezclan todo para ensuciar la cancha, para que la Justicia mire otras cosas, para sacar una ventajita cuando, por ejemplo los K no vieron nada de esto durante 12 años y hoy son súper solidarios con los delincuentes que dejaron crecer y ni los atendían. Como no cuidaban al Papa, otra de las nuevas estrellas a reivindicar ahora, luego que la dupla Verbitsky seguramente asesorado por Scilingo lo acusó de colaboracionista de la dictadura para que no llegara a Papa en la votación consagratorio para Bergoglio.
Ni el ninguneo, ni el aprete nos sacará de este lío enorme en el que estamos metidos. Donde hay pus por todos lados, fue infeccioso el proceso de unos y otros en los 35 años de retroceso que llevamos en institucionalidad y de crecimiento de la pobreza. Vamos de a poco, paso a paso, la realidad la vemos todos los días y la historia la conocemos todos. Al menos los comunicadores, por la información que tenemos, podemos ser todos un poco más patriotas, inteligentes y menos hipócritas.
