Esta tarde a partir de las 17 en el Primer Piso de las Galerías Pacífico, el líder de Compromiso para el Cambio y buena parte de su bloque de legisladores darán a conocer tres proyectos de ley que apuntan a reducir los impuestos y simplificar los trámites tributarios de los ciudadanos de la Ciudad.
El vicepresidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legisltura, Diego Santilli (Compromiso para el Cambio), se encargó de confeccionar y promover estos proyectos, ya que los "una deuda de la Ciudad con los porteños; porque por primera vez se va a premiar a los contribuyentes cumplidores, y además se simplificarán los trámites que éstos deben realizar todos los meses".
Por ese motivo, uno de las iniciativas se basa en la bonificación para los contribuyentes de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) y patentes que paguen estos impuestos en tiempo y forma. La reducción es de más del 15 por ciento, ya que si un ciudadano paga sin dilación las cinco
primeras cuotas de ABL y patentes, se bonificará el pago de la sexta cuota.
Santilli cree que "con este proyecto no sólo estamos limitando el aumento del gasto público innecesario, sino que también estamos dándole al ciudadano la posibilidad de decidir en qué gastar este recurso".
Otro de los proyectos es el de simplificación del impuesto sobre los ingresos brutos. El mismo evita la declaración jurada mensual, debido a que de acuerdo al monto de facturación -siempre y cuando sea inferior a 60 mil pesos anuales-, se establecerá una categoría a la que le corresponde una suma fija mensual determinada. De convertirse en ley, este Régimen Simplificado incluirá a alrededor del noventa por ciento de los contribuyentes del impuesto sobre los ingresos brutos.
La tercera iniciativa consiste en una baja de la alícuota a la industria no local por el excedente de lo gravado en el 2003, del tres por ciento al 1,5 por ciento. Con ello, se busca la armonización tributaria con la jurisdicción con la cual hay más interrelación -la Provincia de Buenos Aires-, que grava estas actividades con una tasa del 1,5 por ciento. Esto genera un costo fiscal bajo y un incentivo a las empresas a redireccionar la base gravada correspondiente a la Ciudad de Buenos Aires.