La modernidad nos ha endulzado con avances tecnológicos que modifican valores, exigencias y conductas, por ejemplo, en las formas de consumo.
Ante cualquier necesidad o capricho, basta con deslizar los dedos sobre un Smartphone o acercarse a una computadora. En pocos minutos se producen nuevas cadenas de consumo. Sin embargo, este nuevo mundo denominado “e-commerce” –comercio electrónico, en inglés- aun necesita madurar en la Argentina y si bien en Argentina creció un 41,7 por ciento en el 2017 respecto del año anterior –lo que significa 136.000 millones de pesos más-, mantiene algunas deficiencias.
Para saber en qué falla la Argentina con respecto al e-commerce, Noticias Urbanas dialogó con Andrés Rieznik, gerente general de Buspack, una empresa de servicios logísticos de distribución montada en base a micros de larga distancia, como Chevallier, Urquiza, Pullman, San José, Rápido Tata, La Nueva Godoy, entre otros.
A pesar de los grandes avances tecnológicos, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) indicó que “la venta online representa aun menos del 2 por ciento de la venta minorista total. Entonces, ¿qué falta para que ese porcentaje aumente?
La paradoja de la modernidad: costo y tiempo
“Lo que falta para que la venta por Internet aumente es, justamente, proveedores de distribución, porque no hay muchos a nivel nacional con seguimiento online del recorrido de todos los paquetes en tiempo real, por ejemplo. Estos son Correo Argentino, que abarca aproximadamente el 42 por ciento del mercado; OCA, abarcando el 24 por ciento y que no transporta más de 50 kilos; Andreani, y OCASA”, explicó Rieznik.
“No importa que una compra se pueda hacer en un par de clics, las empresas de distribución tradicionales tardan días y hasta semanas en entregarle al cliente lo que solicitó”, concretó el empresario y, por esto, explicó que esta deficiencia se debe por la falta de logística en el tipo de transporte y recorridos que se utilizan en este medio.
Empresas como OCA o Correo Argentino utilizan camiones, lo cual no encarece la “mano de obra y equipamiento” en el proceso de entrega del producto, produciendo costos agregados al realizar recorridos más largos. Y es que “después de los 500 km. de distribución, el transporte comienza a ser más costoso”.
Es por esto que Buspack llega al mundo del e-commerce para terminar con esta paradoja del “tiempo y costo” que padece el comercio a través de Internet.
“Nosotros venimos entonces a aportar al mercado un factor diferenciador: los tiempos de entrega. Utilizamos micros en vez de camiones, por lo que en 24 horas, o menos, los envíos llegan a destino en cualquier lugar del país. Además, los viajes son directos, sin ‘escalas’, por lo que contamos con servicios las 24 horas del día, y esto evita que el costo del transporte se refleje en lo que el cliente paga”, argumentó.
Ergo, la empresa no deja de lado la tecnología, ya que cuentan con un sistema que le permite a “los clientes” y “los clientes de sus clientes” geolocalizar dónde se encuentra su pedido. Incluso, éste “permite controlar los procesos internos para que sea tolerante a fallas, es decir, que cuando una falla ocurre la empresa lo detecta al instante”.
El e-commerce del Tercer Mundo
En los países industrializados de mayor desarrollo del e-commerce, la venta online supera por 3 puntos las ventas minoristas argentinas.
Ante este dato, Rieznik se mostró optimista al reflexionar que “el e-commerce va a seguir creciendo en el país porque hoy el porcentaje de ventas que se realizan a través de este medio, en relación al PBI de Argentina, es del orden del 1 y 2 por ciento”. Aun así, explicó también que “los países ya desarrollados tienen un porcentaje que lo duplica”, tal como sucede con potencias como Estados Unidos o China.
¿Cómo se diluye entonces esta disparidad? El gerente respondió que la solución no es a través la tecnología sino con inversiones: “Hay empresas de distribución a nivel mundial que realizan su cobertura con aviones, por lo que llegan en sólo 12 ó 48 horas a distintas partes del mundo”.
“Acá lo que falta es un sistema más dinámico de transporte que sea por avión, cosa que no veo que vaya a suceder porque la inversión es altísima. Y las empresas, incluso las low cost, no tienen capacidad suficiente para poder aportar esto. Así que el sistema va a seguir de la misma manera que ahora, aunque sí confío en un crecimiento paulatino”, redondeó.
Una industria nacional sin fronteras
Una de las características que define al e-commerce es el desconocimiento de fronteras nacionales. Con esto, cualquier personas en cualquier parte del mundo puede comprar fácilmente productos de cualquier otro punto del globo, con excepción a aquellos Estados que prohíban esta importación conocida como “puerta a puerta”.
Dentro de estas excepciones se encontraba la Argentina, situación que cambió cuando Mauricio Macri tomó las riendas del Gobierno nacional. Por esto, Riezkik fue consultado sobre los riesgos que este tipo de comercio trae a la industria nacional.
“No considero que el e-commerce necesariamente facilite la importación o exportación de servicios y productos. Esto depende del tipo de cambio y la política cambiaria del país en cuestión. Si éstas son favorables, va a facilitar que sea más conveniente importar, ya que ese producto tendrá un menor costo que si se lo compra dentro del país”, comenzó.
Y prosiguió: “Creo que esta es una situación coyuntural que va a potenciar el e-commerce, porque se pueden traer productos de afuera y comercializarlos en el país a menor costo”.
“La gran incógnita que aun no está claramente despejada es si los operadores logísticos argentinos tendrán la capacidad de hacer frente a esta demanda. A su vez, el mercado requiere de operadores que tengan capacidad de distribución a nivel nacional y tiempos de entrega cortos”, cerró Rieznik.