Durante la mañana de este jueves, ante la Catedral Metropolitana, el MST y las agrupaciones feministas Juntas y a la Izquierda y Libre Diversidad realizaron un “pañuelazo” para exigir el fin de los subsidios a la Iglesia.
Con un gran pañuelo verde por el aborto legal como fondo, una joven perseguía a un “cura” con una pala para que vaya a trabajar. “Quien quiera un cura que se lo pague” y “Separar la Iglesia y el Estado” eran algunas de las consignas que se leían en las pancartas que portaban las y los jóvenes que participaron de dicha manifestación.
El dirigente Alejandro Bodart, que acompañó la protesta, señaló: “Hay que anular los subsidios a los obispos, curas y sus colegios, que mientras niegan la educación sexual integral reciben unos 35 mil millones de pesos por año. Entre subsidios y exenciones fiscales, la Iglesia embolsa más de 40 mil millones que salen de nuestros impuestos. Toda esa plata se debería destinar a la educación y la salud públicas, hoy atacadas por el ajuste del gobierno macrista”.
De acuerdo a la ley de Presupuesto 2018, la remuneración de los obispos totaliza para este año la suma de $ 130.421.300. Según contó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su paso por la Cámara de Diputados para realizar el primer informe de gestión del año, los obispos diocesanos cobran $46.800 por mes; los obispos auxiliares $40.950; los obispos eméritos $40.950; y los administradores apostólicos y diocesanos perciben una suma de $46.800, igual que los obispos diocesanos.
Que se de a conocer ese dato produjo un fuerte malestar en la Iglesia y las repercusiones no se hicieron esperar. El obispo de San Francisco, Córdoba, Sergio Buenanueva, dijo que le parece raro que un diputado no sepa algo que es información pública y está en el presupuesto que votó. Explicó en qué gasta el dinero