Tras el anuncio de Mauricio Macri sobre el regreso al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de apoyo financiero, Mercedes Marcó del Pont, expresidenta del Banco Central de la República Argentina, afirmó que el préstamo le servirá al Gobierno nacional para ganar tiempo y apuntó contra la política económica del oficialismo. “Los problemas estructurales se van a seguir profundizando”, afirmó, y aclaró que lo que se está viviendo no es consecuencia de la “herencia recibida”.
Además, en la entrevista con Noticias Urbanas, criticó la decisión del Gobierno de liberar el dólar para que se utilice como activo financiero y auguró un año con más inflación de la estipulada por el Estado. “Creo que vamos a vivir un año de muy bajo crecimiento, mucha inflación y empeoramiento en las condiciones sociales, que es lo que más preocupa”, aseguró.
–¿Qué opina sobre un nuevo pedido de ayuda al FMI?
–Un acuerdo como el que se está planteando con el FMI no resuelve ninguno de los problemas estructurales que generó el Gobierno con su política económica, sino que solo le sirve para ganar tiempo. Los problemas se van a terminar profundizando. Esta situación que se vive no tiene nada que ver con lo que se ha planteado como “herencia recibida”. En dos años y medio se ha vuelto a convertir a la Argentina en un país de timba financiera. La asistencia del FMI va a dar un poco de oxígeno, pero no va a resolver ningún problema de fondo.
–¿Cuáles cree que son las principales causas que nos llevaron a este pedido?
–Los problemas que tenemos son por decisiones políticas. Cuando asume Macri, decide quitar todos los controles al ingreso y salida de capitales especulativos. Decidió liberalizar para los argentinos que se utilizara el dólar como activo financiero. Liberalizar la compra y venta de la moneda para fuga como ahorro por parte de un sector pequeño de empresas y personas físicas. También decidió una política monetaria de altísimas tasas de interés que generó un rendimiento financiero que no existe en otro lugar del mundo. Es la burbuja financiera que se está empezando a pinchar, los mercados se dan cuenta de que esto es insostenible.
–¿Qué tendría que hacer el Gobierno con la plata del FMI?
–El Gobierno quiere parar la corrida, decir: “Miren que voy a tener más espaldas, no especulen tanto en el mercado de cambios”. Si sigue el déficit de cuenta corriente y sigue la dolarización, esa plata tiene un deadline muy cercano.
–¿Qué haría usted?
–Lo primero que pensaría es regular el funcionamiento de la cuenta capital e intentar una economía “normal”, como le dicen. Los dólares y reservas se utilizan para hacer negociaciones con el resto del mundo, pagar importaciones, para que las empresas que toman crédito puedan pagarlo, no como un activo financiero, como ocurre en la Argentina.
–¿Cree que este auxilio repercutirá en las inversiones extranjeras?
–La lluvia de inversiones no existe, es un pésimo diagnóstico que tuvo el Gobierno. Abrió todo, liberalizó todo y las inversiones vinieron a cuentagotas. En promedio no son más altas de las que vinieron durante el kirchnerismo. Lo único que vino desde afuera fueron los dólares especulativos, que se están yendo. También se están yendo los dólares argentinos, por eso esta presión de las últimas semanas. Los capitales extranjeros que se fueron no sé si van a volver. Si la semana que viene se dolarizan las Lebac, que son más de la mitad de las reservas, vamos a tener un desmadre en el mercado de cambios.
–¿Cree que se va a seguir con el gradualismo o se aplicará una política de shock?
–El gradualismo es parte de la mentira del discurso oficialista. El gradualismo fiscal no tiene nada que ver con la necesidad de dólares porque el gasto público –en salarios o educación– es en pesos. El gradualismo es parte del pasado, han anunciado un recorte de la inversión pública que va a llevar a un shock más recesivo. El Gobierno a veces mezcla las cosas.
–¿Ve bien la intervención en la moneda por parte del Banco Central?
–El Gobierno tuvo que abandonar su postura de que había flexibilidad absoluta de tipo de cambio y reconocer que una de las principales causas de la inflación en la Argentina es el salto del tipo de cambio que se va a precios. Tenía que intervenir para evitar una mayor disparada del dólar. Pero, por otro lado, tenés una fuga que te come las reservas internacionales, por eso fueron corriendo a Lagarde a pedirle este préstamo flexible.
–¿Cuánto puede impactar este pedido de auxilio en el ámbito político?
–Ya está teniendo un gran impacto político. Volver al Fondo después de lo que significó el desendeudamiento, lo que significó la autonomía con respecto a las condicionalidades del FMI, no está bien visto. Políticamente, aún para los más jóvenes, el Fondo es el fracaso de un proyecto político. A Macri nadie lo obligó hacer esto, lo hace por su decisión de tomar este modelo económico.
–¿Cree que debería haber cambios en el Gobierno?
–No es una cuestión de nombres, es una cuestión de concepción ideológica. No es un cambio de ministros. Es lo que piensa, por eso me preocupa. No veo que haya salida dentro de la lógica económica que guía la política oficial.
–¿Cuáles serían los mayores riesgos para los próximos meses?
–Creo que hay un riesgo de mayores presiones cambiarias. Lo vengo planteando hace tiempo: esta historia no puede terminar sino como terminó este experimento en los 70 y en los 90. Pero me da la impresión de que todo se aceleró, tenían una idea de llegar a 2019 más tranquilos. Hasta hace poco, el presidente del Banco Central decía que sobraban dólares, pero eran dólares de la timba, que como entran se van. Me preocupa que pueda haber mayores presiones cambiarias, que se trasladen a precios y mayor caída del consumo.
–¿Usted se imagina un 2001 cerca?
–No, no me imagino un 2001. Creo que los que plantean eso se equivocan. Ese año estábamos en una caja de conversión. Hoy los créditos están en pesos y el sistema financiero está sólido y solvente. Obviamente, el Gobierno tiene que resolver el problema de la burbuja que crearon con las Lebac y lo que pase si se van a dólares.
En primer plano
• Una comida. Asado.
• Un personaje histórico. Rogelio Frigerio.
• Un libro. La esperanza, de André Malraux.
• Una película. El padrino, de Francis Ford Coppola.