Tan atractiva está resultando la serie española “La Casa de Papel” para los argentinos que, mientras se espera su tercera temporada, impulsó el traslado de los nombres “de guerra” de sus personajes a recién nacidos de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el 6 de abril –cuando se estrenó la segunda parte de la serie– y hasta este viernes, hubo un boom de consultas sobre el tema en el Registro Civil porteño, y en los últimos dos meses se anotó a tres bebés con el nombre Nairobi, Río y Berlín.
“Fueron muchísimas las consultas para saber si pueden ponerles los nombres de los personajes. No sé si luego (las consultas) se materializarán en bebés anotados así, pero no hay antecedentes de tantas consultas en tan poco tiempo”, dijo Mariano Cordeiro, director del Registro Civil, que depende del Ministerio de Gobierno porteño.
Si bien Nairobi, Río y Berlín son nombres de ciudades, “no hay precedentes de que se elijan justo para nombres, en un lapso de 60 días”. No hay una cifra registrada de cuántos padres preguntaron, ya que las consultas se realizan de manera inorgánica, es decir, no hay un 0800 o correo electrónico donde hacerlas.
Según datos del Registro Nacional de las Personas, entre 1922 y 2015, sólo se inscribieron tres personas con el nombre Nairobi; 36 con Rio y once con Berlín. La asociación entre el interés actual por esos nombres con los atracadores de La Casa…parece indudable.
“(Las consultas) llegaron al mail general del Registro Civil o, en persona, por parte de quienes se acercaban para hacer otro trámite y de paso preguntaban”, describe Cordeiro.
Los nombres por los que más se consultó fueron Tokio, Denver y Moscú. “Como esas identidades son tan importantes en la trama de la serie, tienen una connotación especial. A la vez, es importante destacar que las dudas de si se puede o no elegir tal nombre para tus hijos es parte de un desconocimiento del cambio de las leyes”, señala el funcionario.
El director del Registro Civil se refiere a que desde 2015, con el nuevo Código Civil y Comercial, no hay límites a la hora de elegir nombres para los recién nacidos, con la excepción de los que puedan resultar ofensivos. Desde entonces, se acabaron los listados de nombres aceptados, la imposibilidad de elegir alguno que genere ambigüedad a la hora de definir el género y el pedido de permiso para los nombres raros.