Cuando fui por primera vez, hace diez años, a la marcha por el aborto legal, seguro y gratuito de la Campaña Nacional, no logramos cortar la calle de Avenida Rivadavia del Congreso de la Nación.
Después, mientras se iban sumando nuevas compañeras, era fácil encontrar la columna de la Campaña Nacional: cuando veía a una chica con el pañuelo verde, le preguntaba hacia dónde tenía que ir. En la cuarta edición de Ni Una Menos, en cambio, todas vestían el pañuelo verde, seas quien seas, milites donde milites. El pedido por el aborto legal es el reclamo central del movimiento feminista, y de eso no ya quedan dudas.
El hecho de encontrar un reclamo que una a todas las columnas es una conquista de tres años de lucha en las calles. De poner el cuerpo a pesar del clima -como ayer- de militar los nuevos conceptos, las nuevas palabras y el nuevo lenguaje en tu casa, en tu oficina y con tu pareja.
Estos tres años de organización también se vieron reflejados ayer en el contenido político de la manifestación. “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos”, fue la consigna de la cuarta marcha que llamamos Ni Una Menos, desde esa primera vez el 3 de junio del 2015 que salimos a reclamar por el feminicidio de Chiara Pérez.
Patricia Bustamante, integrante de la Campaña por el Aborto legal, le dijo que “estos tres años, desde la primera marcha por el NiUnaMenos, en 2015, han marcado un crecimiento del movimiento de mujeres, que ahora no sólo pedimos que no nos maten sino que se acabe la feminización de la pobreza, porque con la visibilización que hemos logrado tenemos una voz en todos los reclamos que tiene la sociedad”.
Como cierre del acto se leyó un documento titulado “Sin aborto legal no hay NiUnaMenos. Contra el FMI, el ajuste y la deuda”. Las organizaciones convocantes señalaron que en la actualidad “por cuarta vez, las mujeres, trans, lesbianas, bisexuales, no binarias, travestis, indígenas, afrodescendientes, migrantes, villeras y mujeres con VIH estamos acá y en todas las provincias de Argentina, para volver a gritar NiUnaMenos”.
“No queremos a las Iglesias metidas en nuestros cuerpos”, afirmaron las mujeres, que también demandaron “la producción pública del misoprostol de calidad y autorizado para uso gineco-obstétrico para terminar con el monopolio que hace que hoy alcance precios exorbitantes”.
Pidieron además “la distribución gratuita” de esa píldora abortiva, incorporándola al vademecum del sistema público de salud. Cerca del escenario, Victoria Freire, de la agrupación Mala Junta y directora del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas, recalcó que “el debate en la sociedad por el aborto ya está ganado por la postura de las organizaciones que sostienen la Campaña, de manera que el Congreso tiene que representar esa opinión mayoritaria y terminar con una demora que se paga en vidas”.
En el escenario, en el que estaban las Abuelas de Plaza de Mayo, las manifestantes se felicitaban entre sí porque “ni la lluvia nos pudo parar y por eso está dicho que nadie va poder apagar este fuego que hemos encendido y que cada vez crece con más fuerzas”.
Movilización a 3 años del #NiUnaMenos en #Tucuman. Más 10mil personas, con el protagonismo de las mujeres e identidades disidentes, reclaman basta de violencia, por el derecho a decidir y por Justicia para María Zelaya. pic.twitter.com/EfZZahpIrF
— FPDS (@fpdsnacional) June 4, 2018
#NiUnaMenos en #Comodoro cerca de 600 personas se manifestaron en contra de la violencia de género pic.twitter.com/vp8FRPgfNx
— Erica Sánchez (@EricaaSanchez) June 5, 2018
El reclamo central es el aborto, pero no nos olvidamos que la pobreza en el mundo afecta mayoritariamente a las mujeres y, como leyeron en el documento de ayer, “una mujer es asesinada cada 28 hs y el gobierno de Macri y Fabiana Túñez congelan el presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres y asignan tan sólo $8 para la atención de cada mujer”. También se pidió “basta de crímenes de homo-lesbo-bi-transodio”.
¿Qué tiene que ver Ni Una Menos y el aborto legal con el FMI? Todo. Las mujeres son quienes más sufren el impacto de políticas que recortan presupuesto público, sobre todo en salud y educación. En la Argentina, las mujeres son la mayoría entre las personas más pobres, tienen los niveles más altos de precarización laboral y de desempleo (sobre todo las menores de 29 años).
La reforma laboral que da vueltas por el Congreso no tiene perspectiva de género, solo va a amplificar la brecha de desigualdad entre varones y mujeres. Así como lo hizo la reforma previsional del año pasado. Hacer realidad #NiUnaMenos es también una demanda económica.
¿Cómo vamos a conseguir #NiUnaMenos sin presupuesto para la lucha contra la violencia machista, sin estadísticas oficiales, sin políticas públicas que consideren los diferentes planos de la desigualdad? ¿Cómo vamos a conseguir #NiUnaMenos cuando el trabajo de las mujeres se paga menos que el trabajo de los varones en los peores trabajos?.