La situación se complica segundo a segundo. Pero lo que era un simple partido ahora puede tener consecuencias tremendas para la Argentina. Si se vuelve para atrás, todo sucedió vertiginosamente ,y lo que decidió un grupo de jugadores liderados por Lionel Messi, puede terminar en algo impensado: que se caiga el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El martes por la tarde, los jugadores decidieron no jugar el partido programado con Israel en Jerusalén. Inmediatamente comenzaron los problemas, que se fueron agravando con el tenor de las declaraciones y las noticias provenientes de Israel. El embajador de Israel en Buenos Aires, Ilan Sztulman, lamentó la suspensión del partido que iban a disputar los seleccionados de ambos países en la ciudad de Jerusalén y aseguró que “es una situación muy triste” y fue más allá al acusar a los jugadores de tener miedo.
Como si todo esto fuera poco, un muy enojado canciller argentino Jorge Faurie disparó sin reparos contra la Asociaón del Fútbol Argentino (AFA), a quien acusó del problema internacional desatado con Israel. “Esta es una decisión que tomó la AFA. Cada uno tiene que aceptar las responsabilidades que tiene en la toma de decisión. “La Cancillería no intervino en la organización del partido, tampoco tomamos la decisión de que hubiera un traslado del amistoso de Haifa a Jerusalén. Cuando esto se hizo público tomamos contacto con la AFA para alertarlos por las sensiblidades y la delicadeza que tenía el tema”, acusó.
Pero ahora la situación empeoró aún más. el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya demostró su enojo llamando dos veces a Macri desde París. Ahora está dispuesto a ir más allá y utilizar la influencia que tiene Israel en el directorio del FMI para hacer caer el acuerdo con Argentina.
“La situación es complicada porque Israel no está sola. Su principal aliado es el gobierno estadounidense de Donald Trump, a quien tampoco le habría caído bien la decisión de la Selección y el poco poder del presidente Macri para torcer la voluntad de los jugadores”, le dijo a Noticias Urbanas una fuente de la Cancillería argentina.
La situación es complicada y todo puede pasar. El enojo de Israel no tiene límites.
Es más, temiendo mayores represalias diplomáticas, Argentina cedería y podría jugar el partido suspendido en Jerusalén en la ciudad de Haifa donde se iba a jugar en primera instancia.
