Una de las reglas básicas de los consultores cuando asesoran a un candidato es mirar su techo electoral. Cuánta gente “no lo votaría”. Por ejemplo, si esa cifra supera el 50 por ciento, es casi imposible que gane un balotaje. Con Mauricio Macri se está dando un fenómeno particular. El líder del Pro ya superó ese escollo y ganó la presidencial de 2015. Y luego de asumir alcanzó interesantes picos de imagen positiva. Sin embargo, desde fines del año pasado, cuando se aprobó la reforma previsional, entró en una espiral descendente que hoy genera uno de los grandes interrogantes de la política: ¿dónde está el piso de Macri? Y más: ¿con esos números puede ganar una reelección?
En los últimos días apareció una media docena de encuestas. En la gran mayoría hay un par de datos coincidentes: cae la imagen del Presidente y de su modo de gestionar y siguen bajando las expectativas de la gente sobre la economía que vendrá. Se complementan con otros números rojos, más previsibles: también son mayoría los que critican el tarifazo en los servicios y la decisión del Presidente de vetar el proyecto opositor que morigeraba esas subas.
¿Algunos de los últimos sondeos?
• El Monitoreo de Humor Social y Político que hacen en conjunto D’Alessio IROL y Berensztein (1.410 encuestados en mayo en todo el país) mostró otro descenso en la ponderación del líder del Pro. Es, de todos modos, una de las mediciones que mejor lo presenta: 48% de imagen negativa y 45% de positiva. Este trabajo advierte sobre un fenómeno positivo para el oficialismo: en su medición, volvió a crecer María Eugenia Vidal. La gobernadora, junto al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, eran dos de los que sufrían daño colateral. Caía el Presidente, también caían ellos. ¿Otro consuelo para Macri? Según D’Alessio IROL y Berensztein, volvieron a bajar los números de Cristina, con 63 puntos de imagen negativa y solo 20 de positiva.
Otras cifras interesantes de este trabajo son las que reflejan los reclamos de los votantes de Cambiemos: un 33% califica a la gestión como “mala” y “muy mala”; el 48% cree que está “peor” que el año pasado, y arriba del 60% pide cambios en el gabinete.
• La encuesta nacional de Gustavo Córdoba & Asociados (1.200 casos relevados a fines de mayo en todo el país) tiene números muy negativos para Macri: su imagen negativa está en 55,4%, contra 41,1% de positiva; un 60,4% desaprueba su gestión, contra 37,6% que la aprueba. Sin embargo, este sondeo también trae un consuelo para Cambiemos: el 52,2% de los consultados considera que la oposición “se aprovecha de la situación”, contra el 25,8% que cree que “colabora con la gobernabilidad”. Conclusión: si bien siguen castigando a Macri, se confirma que la oposición todavía no puede capitalizar claramente esa caída; ni en su conjunto y menos un candidato en particular.
• Otro sondeo nacional, de la Universidad de San Andrés (1.004 casos nacionales, recolectados en mayo), muestra un altísimo nivel de insatisfacción con “la marcha general de las cosas” (casi 70%) y una desaprobación de la gestión presidencial del 55%. Y ambos en ascenso. Otra vez: no solo llaman la atención estos números sino que generan la pregunta de dónde frenarán.
La gran apuesta del Gobierno, se ha dicho, es una jugada económica a varias bandas: que se apruebe el megapréstamo del FMI, que esto calme a los mercados, que este frene la demanda sobre el dólar, que esto desacelere la inflación, que esto reanime la actividad y el consumo. Y que todo esto genere una nueva sensación de estabilidad. Demasiadas carambolas en una tierra poceada como es la argentina.
A favor del oficialismo, si bien se abrió una puerta para la oposición en 2019, aún no se ve a ningún dirigente antimacrista perfilado para entrar y desplazar al actual presidente. Partido con final abierto.