En el año 2010 Argentina fue vanguardia en el mundo por igualar en derecho a todas las personas, más allá de su sexo biológico y orientación sexual. Fuimos celebrados por pioneros en latinoamérica y por nuestra lucha contra la discriminación.
El camino que llevó a que se legalice el Matrimonio Igualitario en nuestro país fue difícil y doloroso, no obstante, debido a la oposición de miles de organizaciones católicas y de la Unidad Pro Vida a que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio. Casualmente -o no-, sus opiniones son muy parecidas a lo que se está diciendo en el Congreso en el debate de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y resulta que hay muchas de las mismas caras ocupando las bancas, siempre en contra cuando de ampliar derechos se trata. Un ejemplo es el diputado Alfredo Olmedo, de Salta, opinando que la homosexualidad es un “desorden” necesario de “arreglar” así como seis años después, en la misma banca, pidió el miércoles pasado un “cementerio de fetos”.
Comparemos videos y veamos las mismas caras de los antiderechos de siempre:
Matrimonio Igualitario, 2010
Interrupción Voluntaria del Embarazo, 2018:
Pero no nos olvidaremos nunca de la primera conquista contra los antiderechos de la Iglesia: la Ley de Divorcio, 1987
No es casual que durante el debate por el aborto del último miércoles, la mayoría de los expositores recordaron estos últimos dos eventos. Sucede que quienes están en contra de ampliar derechos, siempre fueron y son los mismos en Argentina. Todxs entendemos que la lucha por el aborto legal, podría configurarse como la tercera conquista de nuestro país al poder eclesiástico.
Nuestras abuelas nos dieron el voto, nuestras madres el divorcio y nosotras les daremos a nuestras hijas el derecho a decidir.