Tras las elecciones de este domingo, Iván Duque se posiciono como el nuevo presidente de Colombia. Duque se batía a segunda vuelta con el izquierdista Gustavo Pedro y ganó con el 53,85% de los votos, con una diferencia de más de 12 puntos.
En el marco de la firma de los acuerdos con las FARC, el nuevo presidente de Colombia afirmó ante sus seguidores que “esa paz que añoramos, que reclama correcciones, tendrá correcciones para que las víctimas sean el centro del proceso para garantizar verdad, justicia y reparación”, de manera que aseguró que el acuerdo tendrá algunas modificaciones.
El presidente electo recogerá en agosto el testigo de Juan Manuel Santos y será el encargado de encabezar un nuevo ciclo. Se enfrenta al reto de reducir la polarización, contener la violencia que aún golpea a algunas zonas rurales y mejorar la economía.
Con humildad y con honor quiero decirle al pueblo colombiano que voy a entregar todas mis energías por unir a nuestro país. No más divisiones. Queremos un país con todos y para todos. #GraciasColombia?? pic.twitter.com/SnpKIaLUTV
— Iván Duque (@IvanDuque) June 18, 2018
Duque llegará a la Casa de Nariño con un botín de más de diez millones de votos —con casi el 99,5% escrutado— frente a los más de ocho millones de Petro en un país dividido sobre el proceso de paz, pero, al mismo tiempo, con inquietudes que muestran un cambio de época. No pretende, asegura, “hacer trizas” lo pactado como piden los sectores más intransigentes de su coalición y ceñirá las reformas a algunos aspectos relacionados con el sistema de justicia transicional.
Este será el gobierno que lleve a toda Colombia el emprendimiento porque queremos hacer el país de las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. #GraciasColombia ?? pic.twitter.com/FHxpWgQpep
— Iván Duque (@IvanDuque) June 18, 2018
“Voy a entregar todas, absolutamente todas mis energías en unir a este país. Es muy importante decirles a ustedes y a toda Colombia que no hay ciudadanos vencidos. Se trata hoy más que nunca de unir a nuestro país”, proclamó el político. Y llamó a pasar “la página de la polarización, la página de los agravios, la página de las ponzoñas”. “No voy a gobernar con enemigos”, siguió, antes de fijarse como meta “la lucha frontal contra la corrupción, la politiquería y el clientelismo”, finalizó.