El hecho causó alarma y preocupación. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, vivió un mal momento en la mañana del jueves en la localidad de Villa Allende, cuando el auto en el que se dirigía fue emboscado y atacado por manifestantes. El mandatario provincial participó de un acto de inauguración de obras en la localidad ubicada a 20 kilómetros de la capital provincial. Al retirarse del lugar, un grupo de manifestantes rodearon el vehículo en el que se trasladaba la comitiva, y un objeto contundente impactó en la luneta trasera de la camioneta, lo que provocó la rotura del vidrio.
Schiaretti iba sentado en el asiento delantero, pero el golpe fue en la ventana derecha trasera, muy cerca del lugar donde se ubica la secretaria privada del gobernador. Por el hecho hay tres personas detenidas. La primera hipótesis del ataque apuntaba al gremio de Luz y Fuerza, con quien el gobierno cordobés mantiene un conflicto sindical que derivó en un paro de actividades que se levantó el martes. Pero el fiscal Guillermo González, que interviene en la causa, confirmó que los detenidos no pertenecen al histórico sindicato y que se intentaba identificar a la persona que arrojó el proyectil.
Incluso el mismo gremio emitió un comunicado en el que informó que en Villa Allende hubo una “clara manifestación de rechazo a Schiaretti con la presencia espontánea de compañeros lucifuercistas para manifestarle la disconformidad de nuestro gremio”. En la misiva enfatiza que los detenidos “ninguno pertenece a la comunidad de lucifuercistas”.
La segunda hipótesis que manejan los investigadores tiene en la mira a un grupo de comerciantes de Sierras Chicas, quienes se manifestaban por las pérdidas generadas por obras viales. Desde el gobierno nacional quien tomó la palabra fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio quien a través de la red social twitter expresó su repudio al ataque.