La gobernadora de la provincia de Buenos Aires ratificó su posición en contra de la despenalización. Igualmente aclaró que si se sanciona la ley, la va a implementar
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ratificó su posición contraria a la ley de aborto legal.
“Si la ley no se vota hoy, mañana voy a estar más aliviada”, admitió la mandataria provincial al recordar su posición en contra de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo.
La gobernadora expresó su disconformidad con el proyecto y analizó las fallas que tiene dentro del sistema de salud.
Para Vidal, su implementación generaría serios problemas. “Creo que la ley que se planteó en Diputados tenía dificultades de implementación que impactan en el sector público”.
“Como gobernadora me puse a trabajar para ver cómo se podía implementar en la provincia. Hay cuestiones que no se han trabajado y que le van a plantear al estado serias dificultades”, consideró.
En tal sentido, afirmó que fue una ley que se debatió con un espíritu muy democrático, pero que no consideró cuestiones de orden práctico.
Vidal admitió también que “en términos de recursos es imposible saber cuánto le va a costar a la Provincia”, porque “no se sabe con exactitud la cantidad de abortos clandestinos que hay”.
“Las cirugías programadas aún tienen demoras. Hoy esa cirugía que se pide como un derecho compite con la cardiopatía y con otras. Entraríamos en una mora legal y ahí hay una cuestión muy compleja de la ley”, planteó. Sin embargo, la mandataria bonaerense aclaró que si se sanciona la ley, la va a implementar.