Este mediodía, en la casa matriz del Banco Ciudad (Florida 302), con la presencia de María Kodama, autoridades del Banco Ciudad y de La Nación, se entregó una placa conmemorativa por la culminación de los trabajos de restauración y puesta en valor de los volúmenes que integran la Biblioteca Internacional Jorge Luis Borges ubicada en la calle Anchorena 1660, CABA – lindante con la casa donde vivió la familia Borges entre los años 1938 y 1943-, que comenzaron en junio del año pasado por iniciativa del Banco Ciudad y su Fundación, conjuntamente con La Nación.
María Kodama celebró la exitosa restauración y contó que “la biblioteca contiene libros que Borges leyó durante toda su vida, muchos de ellos son títulos de escritores ingleses y norteamericanos, además de textos de filosofía, historia y religión, disciplinas que tanto le interesaban. Se trata de una colección que constituye un patrimonio internacional de valor incalculable”.
Javier Ortiz Batalla, presidente del Banco Ciudad, destacó que: “Para nosotros es un orgullo contribuir a preservar el legado de uno de los mejores escritores universales contemporáneos. Mediante este apoyo se logró la protección de más de 2000 volúmenes bajo una política de conservación preventiva en forma integral. Esta iniciativa permitirá que generaciones futuras puedan seguir disfrutando de esta sorprendente biblioteca que alimentó el espíritu del gran escritor a través de cada una de sus páginas.”
Norberto Frigerio, Director de Relaciones Institucionales de La Nación, destacó los trabajos realizados y remarcó la satisfacción por haber culminado con éxito este proyecto de recuperación de la biblioteca personal de uno de los máximos escritores argentinos.
El proceso de restauración estuvo a cargo de Viviana Gabriela Melloni de Mallol –Magister en historia del arte argentino y latinoamericano-, y consistió inicialmente en la revisión de cada volumen, página por página, para establecer los criterios de intervención. Paralelamente se generaron condiciones de conservación y tratamientos para preservar los textos originales de la colección personal del escritor, así como notas y libros con intervenciones manuscritas realizadas por Borges. Para la preservación de esos escritos, generalmente realizados en el reverso de los libros, y dada la vulnerabilidad de los mismos, se procedió al foliado de los textos en papel libre de ácido y se preservaron por medio de la imagen. “Fue una ardua tarea que se realiza en forma manual, con pinceles y guantes, en perímetros delimitados; fue prácticamente un procedimiento quirúrgico” detalló Melloni de Mallol.