El próximo sábado empezará la demolición del Puente de la Reconquista, tal como se lo bautizó al ser inaugurado en 1969; desde entonces, se convirtió en un clásico del paisaje porteño. Para permitir el desmontaje manual de los nueve tramos de la estructura de unas 350 toneladas, Juan B. Justo permanecerá cerrada al tránsito durante seis meses entre Cabrera y Castillo, y habrá desvíos de tránsito que afectarán a toda la zona.
Con la finalización de la obra, prevista para marzo de 2019, el puente diseñado por el arquitecto Mario Álvarez que conecta Palermo y Villa Crespo quedará en la historia y la avenida correrá en el mismo plano que el resto de las calles. A su lado, pero en altura, estarán las vías del tren San Martín que están siendo elevadas hasta ocho metros a lo largo de cinco kilómetros, entre las estaciones Palermo y La Paternal. La intervención permitirá eliminar 11 barreras, como las de Córdoba, Corrientes, Niceto Vega y Honduras.
El proyecto había sido anunciado en 2014 por el entonces ministro del Interior y de Transporte de la Nación Florencio Randazzo junto a Horacio Rodríguez Larreta, que en ese momento cumplía la función de jefe de gabinete porteño. Dos años más tarde la posta la tomó Guillermo Dietrich, actual ministro de Transporte, junto al ahora jefe de gobierno.
Más allá del resultado final de la obra, que beneficiará a 500.000 personas a diario entre usuarios del transporte público y automovilistas, serán seis meses traumáticos. La intervención del puente implicará desvíos de tránsito y cambio de sentido de algunas calles. También, en determinado momento, el corte de la avenida Córdoba y de Niceto Vega. Además se modificarán los recorridos de la línea 166 de colectivos y de aquellas que prestan servicio alternativo al tren San Martín.
El sábado los trabajos empezarán con la colocación de vallas de contención entre Cabrera y Castillo, y la eliminación de postes de luz. Una semana después ingresarán las maquinarias para comenzar con el desmontaje de los nueve tramos. Cada uno de ellos se dividirá en tres partes de entre 12 y 13 toneladas; los escombros se depositarán en el Río de la Plata para ser utilizados en el relleno costero de la obra de ampliación del Aeroparque Metropolitano. Se estima que serán 12.000 metros cúbicos de escombros, lo que equivale a 700 viajes de camiones.
El tiempo estimado de desmontaje de cada tramo, que se realizará con herramientas dotadas con hilo diamantado (permiten realizar cortes precisos y más silenciosos), es de quince días. Según la programación de la obra se prevé que el corte de la avenida Córdoba se produzca en octubre y el de Niceto Vega, en noviembre.
Desde mayo pasado, el tren San Martín circula con servicio reducido entre las estaciones Villa del Parque y Cabred (provincia de Buenos Aires) por la instalación de los pilotes que soportarán las vías. El ramal tiene una extensión de 70 kilómetros y 22 estaciones, para conectar la zona noroeste de la ciudad con los partidos de Tres de Febrero, Hurlingham, San Miguel, Pilar y Luján. Con picos de hasta 172.000 pasajeros por día, es usado por unos cuatro millones de pasajeros al mes.
La elevación de las vías provocará un impacto positivo en el tránsito por la eliminación de los pasos a nivel que serán reconfigurados. En cada uno de ellos se pierden en promedio 15 minutos por hora, es decir, seis horas por día de embotellamiento y acumulación de autos y colectivos en la zona. En casos más extremos, como el cruce del San Martín con la calle Ramírez de Velazco, la barrera está cerrada hasta 20 minutos por hora, al menos ocho horas diarias.